El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, celebró sus primeros 100 días de gobierno con un anuncio fiel a su impronta. El foco fue la industria automotriz: "No necesitamos autos de afuera. Queremos fabricar nuestros propio autos y eso incluye a Canadá y a México que han tomado una enorme cantidad de nuestro negocio", sostuvo.
Paradójicamente, el anuncio se produjo junto con la decisión de aliviar el impacto de los aranceles impuestos a los fabricantes de automóviles, medida que incluye deducciones significativas. El punto es que, por pertenecer al T-MEC, el impacto de esta medida se extiende a tanto a Canadá como a nuestro país.
Industria automotriz: Trump no quiere autos mexicanos
Aunque a simple vista el escenario sea confuso, el objetivo de Trump es terminar con la parte del negocio que sus vecinos se llevan, en alusión a quienes comparten frontera. "Buscamos hacer nuestros propios automóviles", sostuvo.
La meta es aún más grande: trasladar la producción de las armadoras que se encuentran más allá de Estados Unidos. Por ello implementó aranceles del 25% a los automóviles que se importan. Y efectivamente, algunas empresas consideran trasladar parte de su producción a ese país.
El impacto para la industria automotriz de nuestro país es grande ya que el 79% de los vehículos que exportó México se envió a los Estados Unidos, según datos de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA).
"México está tomando el 32 por ciento de nuestra producción de automóviles. ¿Por qué subsidiamos a Canadá con 200 mil millones de dólares al año? ¿Por qué subsidiamos a México con 300 mil millones de dólares al año? No hay razón para ello. Me enorgullece ser el presidente de los trabajadores y no el presidente de los subcontratistas", dijo Trump.
Por qué Trump decidió aliviar el impacto de los aranceles
Con lo anterior, queda claro el objetivo de la orden ejecutiva que busca ofrecer un respiro a la industria automotriz permitiendo a los fabricantes ajustar sus cadenas de suministro y adaptarse gradualmente a las políticas comerciales de la administración.
Las disposiciones anunciadas por Trump imponen deducciones de un 15% del precio de venta de los automóviles fabricados y comercializados en Estados Unidos. En el segundo año, el porcentaje se reducirá a 10%. Estas deducciones se aplicarán sobre los aranceles, que alcanzan hasta un 25% para ciertos componentes automotrices importados.
Quizá de manera colateral y no buscada, el impacto de la medida alcanza también a México y Canadá en función del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). En efecto, el acuerdo sostiene que las autopartes que cumplan con los requisitos están exentas de aranceles, lo que otorga una ventaja competitiva a la industria mexicana frente a otros países exportadores.