El 13 de mayo de 2010, en el Santuario de Fátima, Benedicto XVI lanzó una advertencia que hoy, en pleno 2025 y bajo el inicio del pontificado de León XIV, resuena como un eco profético: "Se equivocan quienes piensan que el mensaje de Fátima ha terminado". El papa emérito, fallecido en 2022, insistió en que la Tercera Profecía de Fátima no se refería únicamente al atentado contra Juan Pablo II en 1981, como sostuvo el Vaticano en el año 2000, sino que señalaba una amenaza continua contra la Iglesia que aún no había sido superada.
Ahora, tras la muerte del papa Francisco el pasado 21 de abril y la elección de León XIV el 8 de mayo, sin duda una fecha marcada por la Virgen de Pompeya y la Virgen de Luján, las palabras de Ratzinger adquieren un peso inquietante. Su declaración de hace 15 años sugiere que la Iglesia sigue enfrentando un ciclo de sufrimiento no cerrado. "Permanece el proyecto de Dios para el hombre, y aunque éste ha intentado desencadenar un ciclo de muertes y terror, no lo ha conseguido", dijo entonces.
La advertencia olvidada que revive entre el caos
Aquel mensaje pronunciado ante medio millón de fieles quedó relegado durante años.
Pero tras el fallecimiento de dos papas en menos de tres años y en un mundo sacudido por guerras, crisis espirituales y la desconfianza creciente hacia las instituciones religiosas, muchos vuelven a mirar a la Virgen Fátima no como una reliquia mariana, sino como un manual de resistencia espiritual en tiempos oscuros.
Benedicto XVI insistió en que el mensaje no era para un solo papa, sino para todos los tiempos. Hoy, el papa León XIV, formado en la tradición agustiniana y conocido por su vida austera, comienza su pontificado rodeado de una atmósfera cargada de esperanza y temor.
La coincidencia de su elección con fechas marianas y el simbolismo de su regreso a la Curia Agustiniana el mismo 13 de mayo han despertado interpretaciones místicas entre los fieles.
El papa León XIV y el cumplimiento del misterio
El cardenal Stanisaw Dziwisz recordó en su última homilía que "la Virgen frustró los planes del asesino" en 1981 del papa Juan Pablo II. Pero ¿y ahora? ¿Está preparado León XIV para lo que aún no se ha revelado?
En palabras del papa Benedicto XVI: "El mensaje llama a la conversión permanente, a la penitencia y a las virtudes teologales fe, esperanza y caridad". Lo que vendrá, advirtió, no será solo persecución visible, sino una batalla espiritual más profunda. Y tal vez, apenas haya comenzado.