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Durante siglos, el León de San Marcos fue uno de los símbolos más emblemáticos de Venecia, representando la historia y el poder de la ciudad.

Sin embargo, un reciente estudio publicado en la revista Antiquity revela que su origen no es veneciano, sino chino, y que podría haber llegado a Italia gracias a los viajes comerciales de los familiares de Marco Polo hace más de 700 años.

Este hallazgo arroja nueva luz sobre la conexión entre Oriente y Occidente durante la Edad Media y cambia la manera en que entendemos uno de los iconos más reconocidos de Europa.

El León de San Marcos: un símbolo veneciano con raíces inesperadas

La estatua alada que preside la Piazza San Marco fue históricamente considerada un símbolo de la República de Venecia. Sin embargo, el estudio revela que su estilo no guarda relación con los leones románicos ni góticos de Europa.

En cambio, presenta similitudes sorprendentes con las figuras funerarias chinas de la dinastía Tang, caracterizadas por hocicos leoninos, melenas onduladas, alas levantadas y, en ocasiones, rasgos humanos.

Estas coincidencias sugieren que la icónica figura veneciana pudo haberse inspirado en esculturas orientales traídas a través de la Ruta de la Seda.

Según los autores del estudio, Niccolò y Maffeo Polo, padre y tío de Marco Polo, podrían haber sido los responsables de trasladar la estatua desde China a Italia en el siglo XIII.

Durante sus viajes comerciales y diplomáticos por Asia Central y la corte de Kublai Kan en Khanbaliq (actual Pekín), pudieron encontrar una escultura de bronce y adaptarla discretamente para que se convirtiera en el nuevo emblema de la ciudad.

Análisis científico confirma la procedencia oriental

Para comprobar la hipótesis, los investigadores realizaron espectrometría de masas y analizaron nueve muestras de plomo de la estatua. Los resultados coincidieron con los depósitos minerales del bajo río Yangtze en China, específicamente en las provincias de Anhui y Zhejiang.

Esta evidencia científica respalda la teoría de que la estatua fue fabricada en China antes de llegar a Venecia, consolidando así un vínculo histórico y cultural entre ambos continentes que había permanecido desconocido por más de siete siglos.