El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha vuelto a ser protagonista en la escena internacional al firmar una orden ejecutiva que impulsa la minería en aguas profundas, una medida que ha generado reacciones tanto dentro como fuera de su país.
Esta acción abre la puerta a la extracción de minerales críticos en el lecho marino y también enciende un nuevo capítulo en la competencia geopolítica de Estados Unidos con China, al tiempo que plantea serias preocupaciones medioambientales.
Donald Trump lanza plan para impulsar la minería en aguas profundas
Con la firma de esta orden, Donald Trump instruyó a los secretarios del Interior, Doug Burgum, y de Comercio, Howard Lutnick, a acelerar tanto la exploración como los permisos para proyectos de minería submarina. El objetivo es claro: posicionar a Estados Unidos como líder en una industria emergente que promete acceso a recursos estratégicos como níquel, cobalto, cobre, manganeso, titanio y tierras raras, todos vitales para el desarrollo tecnológico actual.
Este plan no es un hecho aislado. Se suma a una medida previa que invocaba poderes de emergencia para facilitar la explotación doméstica de minerales estratégicos, otorgando además apoyos financieros a empresas interesadas en estas actividades. Según el documento publicado por la Casa Blanca, el lecho marino bajo control estadounidense representa una de las áreas más extensas del mundo y, por tanto, un terreno fértil para este tipo de inversiones.
China en la mira: rivalidad geopolítica por los recursos del océano
Una parte clave de la nueva política impulsada por Trump es contrarrestar la influencia de China sobre los recursos minerales del océano. Trump considera que asegurar el control de estos recursos es esencial para reducir la dependencia de proveedores extranjeros y para fortalecer las alianzas estratégicas de Estados Unidos a nivel global.
Este movimiento ha sido interpretado como un intento de recuperar terreno en la guerra comercial con el gigante asiático, particularmente en sectores relacionados con tecnología y energía.
Organizaciones ambientales alertan sobre los daños al océano
La decisión ha sido duramente criticada por organizaciones ambientalistas como Ocean Conservancy y la Coalición para la Conservación de las Profundidades Marinas (DSCC), que han advertido sobre los riesgos irreversibles que esta actividad representa para los ecosistemas oceánicos. Jeff Watters, vicepresidente de asuntos externos de Ocean Conservancy, calificó la orden como contradictoria con la misión de la NOAA, la agencia encargada de proteger el océano y sus beneficios económicos.
Desde la DSCC, Sian Owen y Nicole Zanesco señalaron a EFE que la minería de aguas profundas es una apuesta peligrosa, tanto en lo ambiental como en lo financiero, y que aún existen serias dudas sobre su viabilidad. También destacaron que zonas donde se realizaron pruebas hace más de medio siglo aún no se recuperan, lo que demuestra el alcance del daño posible.