Durante más de dos décadas, un empresario de Latinoamérica ha encontrado en los cruceros de lujo no solo un escape de la rutina, sino una forma de vida completamente distinta. Alejado del estrés urbano, ha convertido los océanos del mundo en su hogar flotante, con una agenda repleta de destinos exóticos y un estilo de vida que parece sacado de una película.
Esta historia no solo llama la atención por su excentricidad, sino también por el compromiso con el que el magnate ha sostenido este estilo de vida durante 25 años consecutivos.
Un magnate latinoamericano que cambió la oficina por el mar
Mario Salcedo, conocido como "Super Mario", es un magnate millonario nacido en Cuba y radicado en Estados Unidos, cuya vida dio un giro inesperado en 1997 tras su primer viaje en crucero. Después de años trabajando en una multinacional en Miami, tomó la decisión de dejar la rutina corporativa y fundar su propia agencia de gestión de inversiones. A partir de ahí, organizó su vida alrededor de los barcos de la línea Royal Caribbean.
Actualmente, a sus 72 años, Salcedo pasa casi todo el año a bordo, habitando un camarote con balcón que le cuesta aproximadamente 100 mil euros anuales. Su jornada laboral se limita a cinco horas al día, lo que le permite dedicar el resto del tiempo a relajarse, disfrutar de espectáculos a bordo y beber whisky mientras contempla el mar. Su fidelidad a Royal Caribbean lo ha convertido en el pasajero más frecuente del programa Crown & Anchor, al grado de tener su propia "oficina" personalizada en algunos de los barcos.
Cruceros, viajes y una agenda planeada hasta el último detalle
Con más de 1000 viajes a cuestas, Salcedo celebró su travesía número mil el pasado 5 de enero a bordo del Explorer of the Seas, en una ruta que incluyó Panamá y el sur del Caribe durante 11 noches.
Su destino favorito es el mar Caribe, en donde ha realizado cerca del 70% de sus recorridos, seguido del canal de Panamá y diversas rutas por Europa y Asia. Su agenda está organizada con al menos tres años de anticipación, con unas 150 reservas ya confirmadas.
A pesar del lujo y la libertad que ofrece esta vida flotante, también existen efectos secundarios. Salcedo sufre del llamado "mal de desembarque", una condición que le provoca mareos y sensación de balanceo cuando pisa tierra firme. Esta adaptación física al movimiento constante del mar hace que estar en tierra le resulte incómodo, una muestra de cómo su cuerpo ya pertenece más al océano que al suelo.