Si bien el hígado es el órgano encargado de procesar y depurar sustancias tóxicas del cuerpo, su capacidad tiene límites. Cuando se ingieren medicinas sin control, este puede sufrir daños que, en casos extremos, provocan complicaciones graves.
Un estudio reciente enfatiza que el paracetamol, presente en numerosos fármacos para el dolor y la fiebre, lidera la lista de los medicamentos con mayor riesgo para el hígado si se usa incorrectamente o con alta frecuencia.
A continuación, te contamos a qué se debe esto, y por qué a partir de ahora deberías regular su ingesta para prevenir cualquier tipo de daño hepático.
Descubren que el paracetamol puede ser dañino para el hígado
El paracetamol, también conocido como acetaminofén, es uno de los analgésicos y antipiréticos más utilizados a nivel mundial. Está presente en muchos productos de venta libre, lo que facilita su consumo frecuente.
Cuando se metaboliza en el hígado, genera un compuesto llamado NAPQI, que en condiciones normales es neutralizado por el glutatión. Sin embargo, si se supera la capacidad de neutralización, este se acumula y ocasiona daño a las células hepáticas.
El riesgo se agrava cuando el paracetamol se combina con alcohol u otros medicamentos hepatotóxicos. Además, la automedicación y el uso de múltiples productos que contienen el mismo principio activo pueden derivar en sobredosis inadvertidas.
En ocasiones, los síntomas iniciales del daño hepático son sutiles: fatiga, náuseas o malestar general. Por eso, muchas personas no asocian esos malestares con el uso excesivo del fármaco hasta que el daño es serio.
Señales de daño hepático y cómo proteger el hígado
Entre los síntomas que podrían indicar lesión hepática destacan: ictericia (coloración amarilla de piel y ojos), dolor abdominal y orina oscura. Al notar estos signos, es fundamental buscar atención médica de inmediato.
Para minimizar riesgos, las autoridades sanitarias recomiendan respetar estrictamente las dosis máximas diarias y no prolongar tratamientos sin supervisión profesional. Si ya se toman otros medicamentos, conviene consultar a un profesional para evitar interacciones dañinas.
Además, es importante evitar mezclar paracetamol con alcohol, pues el esfuerzo hepático se incrementa drásticamente. Quienes padecen enfermedades hepáticas previas o tienen hábitos de consumo de alcohol deben extremar precauciones.
Un enfoque preventivo incluye alternativas de tratamiento para dolores leves o estados febriles, como el descanso, la hidratación y técnicas de relajación, siempre bajo supervisión sanitaria.