El huracán Otis atravesó el turístico balneario mexicano de Acapulco, causando destrozos en hoteles y obligando a los turistas a refugiarse, mientras azotaba la costa meridional del Pacífico con lluvias torrenciales y fuertes vientos.
El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) dijo que aunque las autoridades no tienen reporte por el momento de pérdida de vidas humanas, "no hay comunicación" con una de las zonas más afectadas y calificó el fenómeno como "muy fuerte".
A las 6, Otis se encontraba a 100 kilómetros al nor-noroeste de Acapulco, habiéndose debilitado rápidamente a medida que avanzaba hacia el interior pero todavía generaba vientos de 175 kilómetros por hora, dijo el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos.
Los vídeos difundidos en las redes sociales mostraban habitaciones destrozadas por el paso del huracán, techos y paredes destruidos y autos parcialmente sumergidos en las aguas, mientras el estado sureño Guerrero se despertaba con el caos dejado por Otis.
México sin comunicación por el huracán Otis
Las autoridades de protección civil informaron de cortes de electricidad en Guerrero, mientras se suspendían los vuelos hacia y desde Acapulco, y se cancelaban las clases debido al huracán, uno de los más potentes que ha azotado la costa del Pacífico del país en varios años.
El huracán había bajado de categoría 5 a primera hora del día y se espera que se disipe en las próximas 24 horas. Mientras tanto, está provocando lluvias torrenciales e inundaciones repentinas con vientos huracanados en amplias zonas del sur del país.
Según autoridades, Otis podría provocar lluvias de hasta 51 centímetros en algunas zonas de los estados Guerrero y Oaxaca, corrimientos de tierra, una marejada ciclónica "potencialmente catastrófica" y condiciones de oleaje y corrientes de resaca potencialmente mortales.