Tres días después de la celebración de unas elecciones que todas las fuerzas políticas rusas, salvo el partido del poder, tacharon de fraudulentas la situación en Rusia se deteriora de forma alarmante. Mientras desde dentro y fuera del país se demanda una investigación de las manipulaciones habidas, las acciones de protestas se producen a diario y se extienden a otros lugares de Rusia. En esta situación el ex presidente soviético, Mijaíl Gorbachov, pidió hoy que se anulen los resultados de los comicios y se convoquen unos nuevos.
“Los dirigentes del país deben admitir que hubo muchas falsificaciones y trampas y que los resultados no reflejan la voluntad de los electores”, manifestó Gorbachov a la agencia rusa Interfax. Según el antiguo líder de la URSS, “la única decisión posible ante lo sucedido es anular los resultados de las elecciones y celebrar unas nuevas”.
Gorbachov advirtió además que, cada día que pasa, “aumenta el número de gente que consideran que los resultados de los comicios no han sido limpios”. A este respecto, añadió, “ignorar la opinión general mina la reputación de las autoridades y desestabiliza la situación”. Según su punto de vista, “nos esperan decisiones difíciles, hay que acometer cambios importantes, ineludibles y eso no se puede hacer sin contar con los ciudadanos o contra ellos”. Así que, teniendo en cuenta los acontecimientos, el ex presidente soviético expresó el convencimiento de que el jefe del Kremlin, Dmitri Medvédev, y el primer ministro, Vladímir Putin, convocarán nuevas elecciones para que “todo siga dentro del cauce democrático”.
Nuevas movilizaciones
Después de dos días de manifestaciones de protesta en Moscú, San Petersburgo y otras ciudades rusas, hoy hubo nuevos intentos de continuar las movilizaciones en la capital rusa y surgieron por primera vez en el enclave de Kaliningrado, la antigua Königsberg. La concentración convocada en Moscú en la plaza “Triumfálnaya” no se pudo llevar a cabo por que miles de policías, casi tantos como manifestantes, la acordonaron previamente y llenaron de vallas.
Desde el lunes se practicaron más de un millar de detenciones, entre ellos dirigentes de partidos y organizaciones opositoras. La mayoría no fueron puestos aún en libertad y algunos de ellos fueron condenados a penas de 15 días de prisión. Mijaíl Fedótov, encargado de derechos humanos dentro del consejo de asesores de Medvédev, calificó de “inquietante” la situación surgida en Rusia en los últimos días.
Con casi todas las papeletas escrutadas, “Rusia Unida”, el partido del Kremlin, obtiene el 49,3% de los votos, lo que supone 238 escaños, 77 menos que en la anterior legislatura, pero conservando la mayoría absoluta. Los analistas creen que ha recibido por lo menos una 10% de votos falsificados
¡Renuncien!
El líder de la formación liberal Yábloko, Grigori Yavlinski, que no consiguió ni un solo diputado, llamó hoy a los comunistas, “Rusia Justa” y los ultranacionalistas del Partido Liberal Democrático a renunciar a sus escaños y forzar así unos nuevos comicios. “En lugar de protestar porque os han engañado, renunciad y habrá elecciones”, afirmó Yavlinski. La propuesta, sin embargo, fue rechazada.
Hoy se supo que estudiantes universitarios fueron obligados a votar con la papeleta a la vista en favor de “Rusia Unida” bajo amenaza de suspensos e incluso expulsión. El diario Kommersant publicaba una carta, al parecer enviada a Putin por el ministro de Defensa, Anatoli Serdiukov, informándole que el 80% de los militares habían votado a favor de “Rusia Unida”.
Los estudiantes denuncian coacciones
El presidente de la Unión de Estudiantes de Rusia, Artiom Jrómov, denunció hoy que el partido de Putin obligó a universitarios a votar por su formación en las elecciones parlamentarias del domingo.
«Toda la campaña electoral estuvo acompañada de intentos masivos de presionar a los estudiantes: en algunas universidades fueron obligados a votar por un partido determinado», se quejó Jromov, citado por Interfax.