Después de nueve días de parálisis absoluta del gobierno federal y una intransigencia de republicanos y demócratas que parecía infranqueable, Estados Unidos comenzó ayer a vislumbrar incipientes señales esperanzadoras para poner fin al punto muerto de las negociaciones sobre el llamado shutdown y el límite de endeudamiento legal, mientras crecían las presiones de los mercados y grandes grupos empresariales estadounidenses para llegar a un acuerdo.
A menos de una semana de la fecha límite del 17 de octubre, miembros de ambos partidos cambiaron el tono y deslizaron ayer la posibilidad de un incremento a corto plazo en el límite de la deuda (hoy en u$s 16,7 billones) para ganar tiempo para negociaciones de fondo sobre el presupuesto. Incluso, de acuerdo al diario The New York Times, los republicanos cada vez más aislados y en el foco de las críticas estarían dispuestos a dejar por el momento la reforma sanitaria (Obamacare) fuera de la disputa.
Hoy será un día crucial. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, quien ayer se reunió con legisladores demócratas, recibirá hoy en la Casa Blanca con los popes del Partido Republicano para discutir una salida del punto muerto, que preocupa a los mercados y ha generado advertencias de un posible caos económico.
Aunque Obama invitó a todos los miembros republicanos de la Cámara de Representantes, el líder John Boehner limitó la cita a 18 altos mandos del partido y jefes de comisiones importantes, reduciendo la exposición del mandatario tanto a legisladores que podrían disentir de la estrategia republicana de línea dura como a los integrantes del conservador Tea Party que la inspiraron.
Si bien ayer no se produjeron señales tangibles de progresos, pese a que hubo muchas reuniones bipartidistas a puertas cerradas, el hecho de que algunos miembros de ambos partidos sugirieran la posibilidad de un incremento temporal en el límite de deuda fue visto como un avance.
Costos políticos
En general, los republicanos y el Congreso han sido los más perjudicados por la disputa. Un sondeo publicado ayer por Associated Press y Gfk indicó que el Congreso en su totalidad tenía un nivel de aprobación de apenas 5%. Más de 6 de cada 10 estadounidenses culpaba a los republicanos por la disputa.
La reunión en la Casa Blanca con los representantes republicanos marcará las primeras negociaciones directas entre Obama y sus adversarios desde la semana pasada, aunque los legisladores han estado explorando de manera informal posibles compromisos y formas de resolver el estancamiento.
Una propuesta que evaluaban era la de permitir una reapertura del gobierno y un aumento en el límite de deuda, incluyendo una impopular medida impositiva creada para financiar subsidios bajo la reforma de salud.
Seguimos dialogando. No hay progreso, pero nunca lo hay hasta que llegas a un acuerdo, dijo el legislador John McCain a periodistas. No estoy diciendo que finalmente tendremos un acuerdo, estoy diciendo que hay conversaciones. Espero que lleguemos a una conclusión. No estoy seguro de si lo haremos, declaró.
En una medida excepcional, la Cámara aprobó ayer por unanimidad reanudar las ayudas a las familias de militares caídos, suspendidas por el shutdown.