Mientras crece la expectativa mundial sobre el informe que presentará hoy la ONU sobre el uso de armas químicas en Siria, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, reconoció ayer haber mantenido contactos con el presidente iraní, Hasán Rohaní, y dijo que los últimos acontecimientos envían una señal al régimen iraní sobre su controvertido programa nuclear.

Creo que los iraníes entienden que el tema nuclear es un problema mucho mayor para nosotros que la cuestión de las armas químicas, que la amenaza contra Israel que un Irán nuclear plantea, está mucho más cerca de nuestro centro intereses, dijo el presidente en una entrevista concedida a la cadena ABC.

Obama consideró que el gobierno iraní reconoce la postura internacional común para evitar una enfrentamiento nuclear en la zona e insistió en que el ejemplo de la presión sobre Siria para acabar con su arsenal de armas químicas ha servido de lección para los iraníes como un camino para llegar a una solución diplomática.

El secretario de Estado estadounidense, John Kerry, y su homólogo ruso Sergei Lavrov, alcanzaron el sábado un acuerdo en Ginebra mediante el cual los sirios deben dar un acceso inmediato y total a todos los lugares de almacenaje de armas químicas para su posterior destrucción.

El pacto que insiste en la necesidad de que la colaboración de Damasco con la comunidad internacional sea plena, ya que de lo contrario se podrá considerar el empleo futuro de la fuerza, conforme al artículo 7 de la Carta de Naciones Unidas. Obama insistió en que en ningún caso el ataque limitado a Siria implicaría el envío de tropas para estar en medio de una guerra civil, sino que su objetivo sería la destrucción de dichas armas químicas. Por su parte Kerry aseguró ayer en Israel que la amenaza del uso de la fuerza contra Siria es real si no cumple con el plan para entregar su arsenal químico, mientras que las autoridades israelíes insisten en que debe ser creíble también en el caso de Irán.

El jefe de la diplomacia estadounidense hizo esa advertencia en una rueda de prensa conjunta con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, celebrada al término de una reunión que ambos mantuvieron en Jerusalén.

En tanto, se anunció oficialmente ayer que el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, presentará hoy al Consejo de Seguridad el informe de la misión de expertos sobre el posible uso de armas químicas en Siria en el ataque del 21 de agosto.

El informe se limitará a certificar, a partir de muestras biomédicas y ambientales tomadas sobre el terreno, si se usaron armas químicas en la zona de Quta Oriental (periferia de Damasco) el 21 de agosto, pero no indicará quién pudo ser el presunto responsable, ya que no tiene el mandato para ello.

El informe será entregado a puertas cerradas pero después se ofrecerá una conferencia de prensa.

Ban creó la sorpresa el pasado viernes al avanzar, en un acto en la sede de la ONU al que no se permitió entrar a la prensa pero que fue transmitido por el sistema interno de televisión, que el informe será abrumador en la conclusión de que sí se usaron armas químicas.

El secretario general fue aún más lejos, al decir que el régimen del presidente sirio, Bachar Al Asad, ha cometido muchos crímenes contra la humanidad, y además, se mostró convencido de que una vez concluya el conflicto habrá un proceso para que los responsables sean llevados ante la justicia.