Michelle Bachelet comienza hoy a transitar su segundo mandato como presidenta de Chile. Pero esta vez el punto de partida es bien distinto: ya no será un gobierno de la Concertación sino el de una alianza más amplia, Nueva Mayoría, que tiene la particularidad histórica de incluir en sus filas al Partido Comunista, representado en el Congreso por la llamada bancada estudiantil formada por la bella Camila Vallejo, Karol Cariola, Georgio Jackson y Gabriel Boric. Que precisamente cuatro de los más importantes dirigentes de las movilizaciones estudiantiles que se alzaron contra el gobierno Piñera pidiendo la gratuidad de la educación formen ahora parte oficialismo como diputados supone un cambio cualitativo crucial, que condicionará la suerte del nuevo gobierno. Esto quedó claro el 4 de febrero pasado, cuando una presionada Bachelet tuvo que bajar la designación de la economista Claudia Peirano como viceministra de Educación luego de que la bancada estudiantil pusiera el grito en el cielo. Entre otros puntos cuestionables, Peirano tenía una postura pública contraria a la educación gratuita universitaria, uno de los ejes centrales del plan del nuevo gobierno, y gestionaba institutos educativos con fines de lucro, justamente una de las características que la reforma propone eliminar.
Más allá de la desprolijidad en la designación, lo simbólico que dejó entrever este hecho es que la presión social va a ser un factor central en el futuro gobierno, y que la oposición verdadera, esa con la que la mandataria tendrá la negociación más ardua, no será precisamente la derecha, como lo fue en su primer mandato, sino la bancada estudiantil que es, en definitiva, la oposición en las calles. Lo que ocurra con la Educación y su reforma será clave para garantizar la paz social en los cuatro años que se vienen. Por lo pronto, la primera prueba será el 22 de marzo, fecha de la marcha estudiantil inaugural del año, donde se calcula que habrá 150.000 personas en las calles reclamando educación pública, gratuita y de calidad.