Si tenés perro, probablemente alguna vez te hayas preguntado por qué, al encontrarse con otros perros durante el paseo, lo primero que hacen es olerse la parte trasera.
Aunque pueda parecer extraño desde nuestra perspectiva humana, para ellos este comportamiento tiene un propósito muy claro.
¿Qué significa este gesto en el mundo canino?
El hecho de olfatearse no es algo aleatorio o sin sentido. En el mundo de los perros, este acto funciona como una especie de saludo. A través del olfato, los perros establecen una comunicación socialcompleja que les ayuda a entender mejor a los demás.
¿Qué descubren los perros al olfatear?
Los perros tienen glándulas anales que producen sustancias químicas únicas para cada individuo. Al olfatear esta zona, otro perro puede obtener información como:
Identidad: cada perro huele diferente, por lo que pueden reconocerse.
Sexo y estado reproductivo: pueden saber si el otro perro es macho o hembra, e incluso si una hembra está en celo.
Estado de salud y alimentación: los olores también delatan si un perro está enfermo o qué tipo de comida ha ingerido.
Emociones: sí, también pueden percibir si el otro está feliz, asustado, o nervioso.
¿Cómo logran captar tantos detalles?
La nariz de los perros es una verdadera maravilla. Mientras que los humanos contamos con unos 5 millones de receptores olfativos, los perros pueden tener hasta 300 millones.
Esto los convierte en auténticos expertos en la detección de olores, capaces de descomponer una fragancia en sus partes más sutiles.
¿Es bueno dejar que mi perro huela?
Aunque a los humanos nos pueda parecer incómodo, permitir que un perro huela es fundamental para su bienestar emocional y mental. A través del olfato exploran, se comunican y aprenden sobre su entorno.
Un paseo en el que puedan oler libremente es mucho más enriquecedor que uno sin estímulos. Negarles esta necesidad puede generarles ansiedad o frustración.
¿Olfatearse puede ser peligroso?
En la mayoría de los casos, el olfateo entre perros es inofensivo y parte de su interacción social. Sin embargo, a veces pueden surgir tensiones. Es importante estar atentos a señales que podrían indicar que el encuentro está por volverse conflictivo:
Cuerpos tensos o rígidos
Miradas directas y fijas
Gruñidos o ladridos
Colas erectas y tiesas
Orejas hacia atrás (miedo) o hacia adelante (alerta/agresión)
Pelo del lomo erizado
Si notás alguno de estos signos, es mejor intervenir suavemente y separar a los perros.