Un reciente informe de la organización Christian Aid encendió las alarmas sobre una amenaza silenciosa. Según el estudio, para 2080 hasta un 60% de las tierras actualmente aptas para cultivar una de las frutas más populares del mundo podrían dejar de ser fértiles.
Sequías prolongadas, lluvias torrenciales, olas de calor y plagas resistentes están arrasando con los cultivos en América Latina, la región que produce el 80% de la fruta destinada a la exportación mundial. La combinación de estos factores podría llevar a la extinción de este alimento básico en la dieta de millones de personas.
¿Cuál es la fruta que podría extinguirse en 2080?
Se trata de la banana, una fruta que enfrenta un futuro incierto si las tendencias climáticas actuales no se revierten. Países como Ecuador, Colombia y Guatemala, principales exportadores, ya están viviendo las consecuencias.
En muchas regiones productoras, el rendimiento de las cosechas cayó drásticamente. La variedad Cavendish, la más cultivada a nivel internacional, requiere temperaturas entre 15 y 35° y una humedad constante. Sin embargo, las condiciones extremas provocadas por el calentamiento global están alterando ese delicado equilibrio.
El panorama se agrava por la escasa diversidad genética del banano cultivado, que lo convierte en presa fácil de enfermedades. Una de las más devastadoras es el Fusarium raza tropical 4, un hongo que arrasó plantaciones enteras y se propaga con rapidez.
¿Cómo prevenir la extinción de las bananas?
El informe de Christian Aid propone medidas urgentes. En primer lugar, exige que las naciones con mayores emisiones aceleren el abandono de los combustibles fósiles y cumplan con el financiamiento climático prometido para apoyar a los agricultores.
Además, la organización promueve el consumo de banano con certificación Fairtrade, que garantiza condiciones más justas para los productores y fomenta prácticas agrícolas sostenibles.