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El 7 de septiembre es el Día del Metalúrgico. La fecha elegida para conmemorar a todos los trabajadores de este rubro no se eligió al azar, sino que honra la vida de Fray Luís Beltrán, el primer trabajador que le dio un rol protagónico a la riqueza mineral del país, con el objetivo de prestar servicio a favor de la independencia.
¿POR QUÉ EL DÍA DEL TRABAJADOR METALÚRGICO SE CELEBRA EL 7 DE SEPTIEMBRE?
El Día del Metalúrgico se estableció en torno a la vida de Fray Luís Beltrán, quien nació el 7 de septiembre de 1784 en la provincia de Mendoza y rápidamente se convirtió en una de las primeras personas en protagonizar riqueza mineral del país.
Entendió que Argentina podía prestar servicios muy valiosos en esa área y paralelamente luchar por la independencia tan buscada ya que se iba a favorecer la fabricación de fusiles y cañones.
La Unión Obrera Metalúrgica (UOM) escribió en su página web oficial. "Una vez más renovamos nuestro compromiso de trabajar por el desarrollo sustentable de la industria nacional, de la generación de empleo formal, de la defensa del poder adquisitivo de nuestros salarios y de luchar con el conjunto de los trabajadores y trabajadoras por alcanzar definitivamente una Patria Libre, Justa y Soberana. Compañeras y compañeros ¡¡Feliz día!!".
Además, agregó: "Los trabajadores y las trabajadoras metalúrgicos rendimos en nuestro día un sentido homenaje a todos los compañeros y compañeras que nos precedieron en la obtención y defensa de nuestros legítimos derechos y a los y las que cada día con su esfuerzo son los protagonistas esenciales de la generación de riquezas y hacedores de las transformaciones necesarias para alcanzar la plena inclusión y justicia social".
DÍA DEL TRABAJADOR METALÚRGICO: ¿QUIÉN FUE FRAY LUÍS BELTRÁN?
Beltrán pertenecía a los franciscanos, pero la revolución independentista cambió rotundamente los horizontes de su futuro. A causa de ese contexto político, empezó a estudiar matemática, física y química.
Más tarde, el general José de San Martín lo nombró jefe del Parque de Artillería del Ejército de los Andes. Por lo tanto, Beltrán abandonó los hábitos al poco tiempo y empezó a relacionarse con el mundo de la pólvora, armas y municiones.
Lo destacable es que él mismo las fabricaba y, en poco tiempo, logró mejorar potencialmente todas sus fabricaciones.
En Lima, Beltrán instaló una nueva zona de fábrica de aquellos productos y pudo entregarle una enorme cantidad al ejército de tierra y marítimos.
El 8 de diciembre de 1827 falleció en Argentina