

Lo bueno de la semana
Según los datos publicados esta semana, la inflación estadounidense estaría descendiendo. Los precios al consumidor aumentaron en diciembre un 2,6% respecto al año pasado, una baja considerable respecto al incremento interanual del 2,9% presentado en septiembre. Janet Yellen, presidenta de la Reserva Federal de San Francisco, declaró ayer que las tasas estarían en niveles adecuados para bajar la inflación. De esta manera se espera que la tasa se mantenga en los niveles actuales de 5,25%, al menos durante el primer trimestre del año.
Lo malo de la semana
En la reunión que finalizó el día jueves, el Banco Central de Japón, luego de una votación muy dividida entre sus miembros, decidió mantener la tasa de interés en 0,25%. Todavía persisten las dudas respecto a la reactivación del consumo y la salida de la deflación estructural iniciada a principios de los 90. En el tercer trimestre de 2006 la segunda economía del mundo se expandió un 0,8%, el aumento más bajo en dos años y el gasto de consumo descendió un 0,9%, la caída más baja en casi una década. El gobierno publicará las cifras del PBI del cuarto trimestre a mediados de febrero, una semana antes de la próxima reunión del Banco Central programada para los días 20 y 21. Es de esperar entonces que la autoridad monetaria suba la tasa en 25 puntos básicos si, como se estima, el producto bruto japonés crece a una tasa del 2,9% anual en dicho trimestre.
Lo urgente
Que la nueva política de los EE.UU. en Irak demuestre ser efectiva para detener la violencia en dicho país. El envío de 21.500 soldados adicionales y la ayuda de u$s 1.200 millones para reactivar la economía deberían permitir pacificar a un país desvastado por el terrorismo sectario y antinorteamericano. Desde el punto de vista económico es imperioso reducir la tensión imperante en Medio Oriente, fuente de casi el 35% de las reservas mundiales de petróleo.
Lo que hay que seguir con atención
La aparición de los datos inmobiliarios en los EEUU. La semana que viene se publican los valores sobre ventas de viviendas nuevas y existentes. Una de las grandes dudas respecto al escenario de ‘soft landing’ está centrada en la desaceleración del mercado inmobiliario estadounidense. En el último año las ventas han caído casi un 15% y el fuerte aumento de precios que se venía registrando desde 2003 se está desacelerando. Entre 2000 y 2006 el patrimonio de los estadounidenses ha crecido un 14,6% como consecuencia del aumento en la valuación de sus casas. Esto les ha permitido aumentar fuertemente sus gastos de consumo vía endeudamiento. Una desaceleración más brusca de la esperada podría conducir a la economía hacia un enfriamiento mayor al pronosticado, con amplio impacto sobre el resto de las economías del mundo.









