Seré breve: la única tendencia clara e inconfundible que surgió de la Semana de la Moda de Nueva York fue el regreo de la minifalda.
Dada la clásica relación entre los ruedos de los vestidos y las ganancias, y la teoría de que cuando los ruedos suben, también crece la economía, el regreso de la mini sugiere que, o bien los diseñadores estadounidenses simplemente están expresando sus deseos o saben algo que Wall Street todavía no descubrió.
Después de todo, lujo no faltó en esta última Semana de la Moda. En las carpas donde se hicieron los desfiles estaban en exhibición los resplandecientes zapatos rojos en cristal Swarovski creados por 18 diseñadores en honor del 70º aniversario de la película El Mago de Oz. El destello color rubí de los zapatos de Dorothy bañó vestidos y pasarelas con una luz de sueño que, a su vez, recibía reflejado el brillo del lurex, el lamé y el dorado.
Los diseñadores, que siguen insistiendo en que el bajón general en la economía no los ha afectado, están gastando dinero con una velocidad que no se ha visto desde la última vez en que la mini tuvo su gran momento.
El factor celebridad también creció en la Semana 2008, y frente a las pasarelas se vio, entre otros, a Venus y Serena Williams, a Victoria Beckham, Winona Ryder y Jennifer Lopez.