Son muchos los presidenciables, como quince, por lo tanto es muy difícil decir algo sobre las tendencias. Siempre se habla de los más resonantes: Néstor Kirchner, Cobos, Macri, De Narváez, Carrió, Solanas, Reutemann. Pero ¿qué pasa con los otros candidatos, los que tienen menos prensa y tampoco se sabe si realmente se presentarán?

En esa circunstancia están Das Neves, Binner, Alberto Rodríguez Saá, Solá, Urtubey y Ricardo Alfonsín. Analicemos cómo vienen midiendo en las encuestas de los últimos meses.

Das Neves (59 años): lo conoce el 56 %, y tiene imagen negativa. Nunca ha llegado al 2 % de intención de voto en el último año. Se mueve mucho políticamente y en los medios. Es una persona con una larga carrera política y muy perseverante, aunque no es carismático. Como algunos dicen: difícil que la sociedad vote a otro patagónico. Al ser peronista de toda la vida, con buena imagen de gestión e indiscutible electoralmente en su provincia, puede ser una buena figura para vicepresidente.

Binner (67 años): lo conoce el 64 % y tiene una leve imagen positiva, que varía bastante en función de sus apariciones públicas. Oscila entre el 2 y el 3 % de intención de voto desde hace dos años. Tiene problemas de gestión en su provincia que no le permiten proyectarse. No está pudiendo repetir la exitosa gestión en la municipalidad de Rosario. Algunos desconfían de él por la zizagueante relación del socialismo con el kirchnerismo: votó a favor de la ley de medios. No es un carismático, pero tiene a favor su carácter reservado, austero y sobrio, como Reutemann. Ese perfil sintoniza con la demanda mayoritaria. La lógica es que fuese candidato a vicepresidente de una coalición panradical.

Urtubey (40 años): es poco conocido en la zona metropolitana (37 %). Su intención de voto en marzo pasado no llegaba al 1 %. Pero recién va por su primer mandato en Salta. Es joven, por lo tanto no se puede decir nada sobre él.

Ricardo Alfonsín (58 años): obviamente es muy conocido y con una buena imagen positiva. Frente al desgaste de Cobos, algunos radicales lo empiezan a ver con perspectiva. Por el momento no registra intención de voto. Lo que indica que es un buen prestigio, con portación de apellido, pero eso no lo convierte en un líder.

Alberto Rodríguez Saá (60 años): después del 7 % que sacó llamativamente en la última elección presidencial, no deja de ser un caso curioso. Con nula estructura, sin mayores recursos y el antecedente, no del todo positivo del paso de su hermano por la presidencia, pero con el impacto favorable de quienes toman contacto con el “modelo San Luis llegó bastante lejos. Es muy conocido, con imagen negativa. Llegó a medir 5 puntos en marzo de 2009. Pero desde ese momento ha caído sistemáticamente hasta medir 1,7 % de intención de voto en la actualidad. Su desempeño electoral dependerá de cómo se configure la oferta peronista en 2011.

Solá (60 años): es muy conocido, con imagen levemente negativa. En los dos últimos años no ha superado el 2,7 % de intención de voto, ubicándose ahora en el 0.4 %. Heredó la gobernación por la crisis de 2001, lo cual hizo que no pudiese convertirse en líder real. Sus opciones más probables: ser la pata bonaerense de una fórmula peronista disidente encabezada por otro del mismo palo, o ser la pata peronista como vice de una fórmula no justicialista.

Como se ve en todos estos casos, se trata de dirigentes que aún siendo conocidos -y poseyendo buena imagen como Binner y Alfonsín- no logran instalarse en la principal plaza electoral del país. Así es difícil que logren proyectarse a nivel nacional.

Por otro lado, hasta ahora la edad promedio de acceso a la presidencia ha sido de 56/57 años en este período democrático, siendo Kirchner el más joven con 53, y De la Rúa el más grande con 62. Salvo Urtubey, el resto ya está superando la media. Faltan 18 meses para la elección presidencial y el juego seguirá abierto por mucho tiempo. Sin embargo, no todos juegan con las mismas fichas.