La tala ilegal se redujo 22% en todo el mundo durante la última década, según un informe del thinktank Chatham House.

El estudio señala que en ciertos países clave, la disminución fue aún más abrupta. En el Amazonas brasileño, la práctica cayó entre 50% y 75%; en Indonesia, 75% y en Camerún bajó a la mitad.

Las políticas más estrictas implementadas por los gobiernos y los mayores controles permitieron que disminuya la incidencia de la tala ilegal de árboles.“Cerca de mil millones de las personas más pobres del mundo dependen de los bosques y al haber menos talas ilegales se está ayudando a proteger su sustento , aseguró Sam Lawson, autor del informe y miembro de Chatham House.

En la última década, se evitó que se derribaran árboles en una superficie de 17 millones de hectáreas de bosques, el equivalente de Inglaterra y Gales juntas: Si continúan estos esfuerzos, el mundo podría impedir que cerca de 14,6 toneladas de dióxido de carbono se despidan a la atmósfera, señala el informe.

La deforestación es una de las mayores fuentes de emisiones de gas invernadero, y los gobiernos de todo el mundo hace años que tratan de crear un mecanismo mediante el cual las naciones ricas paguen a los países menos forestados para que éstos mantengan sus árboles en pie. Ésa sería una de las formas más baratas de reducir las emanaciones de gas invernadero.