Piqueteros duros toman la sede de Repsol YPF y un local de McDonald’s. Piqueteros semiduros cortan durante un día entero el Puente Pueyrredon. Piqueteros blandos, supuestamente oficialistas, invaden y destrozan una comisaría, en protesta por el confuso asesinato de un dirigente. Un grupo de extrema izquierda, al que se suponía inactivo, quema banderas de Naciones Unidas en los jardines del Edificio Libertador. La sucesión de hechos violentos de los últimos días ha vuelto a poner al fenómeno piquetero en el núcleo central de la actualidad política, tensando al máximo la estrategia del Gobierno de no reprimir. ¿Se trata de una desafortunada coincidencia de hechos inconexos, que pronto será olvidada? ¿O se trata, por el contrario, del inicio de una espiral de violencia que podría desbordar la disciplina del Estado? Los analistas no se ponen de acuerdo: sí coinciden en que los piqueteros son un fenómeno que se está convirtiendo en estructural, y para el que es difícil ver una solución en el corto plazo.
“El problema piquetero puede crecer, pero nunca va a desbordar al Estado –dice el analista Enrique Zuleta Puceiro–, justamente porque es el Estado el que financia el fenómeno, y lo hace a través de sus dos fuentes principales de divisas, que son el Banco Mundial y las retenciones . Para el director de OPSM la única solución posible es quitar a los intermediarios de los planes sociales –“promesa que hicieron y nunca cumplieron todos los últimos gobiernos –, llevando los Planes Jefas y Jefes directamente a quienes los necesitan: “Dejemos de pagarles a los que no son pobres , indicó, en relación a los dirigentes que controlan y entregan los subsidios. Zuleta Puceiro descree de la represión policial –“son estrategias esencialmente inviables , argumenta– y pide un enfoque de flexibilización que acerque a los desocupados a las fuentes de trabajo.
Rosendo Fraga, director del Centro de Estudios Nueva Mayoría, es menos optimista: “La tendencia es a que el conflicto se incremente , pronostica, y cree que el origen de la escalada hay que buscarlo “en la deserción que ha hecho el Estado en materia de seguridad pública, y que claramente tiene que ver con este Gobierno . Según Fraga, la estrategia del presidente Kirchner usa una falsa opción: “Nos dicen que las únicas opciones son la inacción o un nuevo Puente Pueyrredón (en referencia a las muertes de junio de 2002). Eso es falso: cualquier Estado tiene que poder cumplir la ley sin caer en algo como lo del Puente Pueyrredón , explica Fraga, y cita el exitoso control que han logrado los presidente Lula en Brasil y Fox en México con los movimientos Sin Tierra y los zapatistas, respectivamente. “De todas maneras, los piqueteros son distintos a estos dos: son urbanos, no rurales, y se financian con dinero del propio Estado .
El analista y encuestador Carlos Fara considera que los acontecimientos de los últimos días son más bien un brote pasajero que el inicio de una tendencia: “No estimo que vayamos a tener una escalada mayor, pero sí brotes como éste y como el de enero pasado. Creo que en el futuro se van a alternar períodos de calma y de violencia, sin que el Gobierno pueda llegar a una solución definitiva del problema piquetero , señaló el director de Fara & Asociados, para quien el mayor problema que esto le crea al Gobierno es que una vez más lo encuentra “yendo atrás de los temas .