Las películas rara vez llegan a tiempo de reflejar su contexto. Hacer un largometraje de ficción toma años y para cuando se estrena el clima social generalmente ya cambió y la película queda simplemente vieja. Por el contrario, la televisión tiene a favor su inmediatez, lo que le permite ocuparse de los hechos trascendentes históricos y sociales con bastante más rapidez que el cine. Films sobre el atentado a las Torres Gemelas, mundiales de fútbol, y hechos políticos estrenados dos temporadas más tarde envejecen frente a los espectadores antes de estrenarse. Y muchas veces, la presencia permanente de estos temas en la tele los desgasta. Por otro lado, una película que replica estos hechos y se estrena cuando ya pasó algo de tiempo tiene que demostrar a priori que es una nueva interpretación de los hechos para que el público decida ir a verla.

Es más fácil pensar que una película exitosa es el producto de la conexión de la narración con los espectadores y no el resultado de la búsqueda de reflejar el contexto. ¿Qué construye en el cine entonces un suceso? Millones de variables, pero es muy probable que lograr que el publico se identifique y se proyecte en los personajes y su predicamento sea la clave principal.

Así, se supone que identificarse con un robot, un niño mago o un abuelo que quiere volar es más difícil que hacerlo con un ser humano mal. Sin embargo los Transformers, Harry Potter y el protagonista de ‘Up’ llenan salas en todo el planeta a pesar de las diferencias sociales y culturales. Hoy es difícil saber si estos films trascienden fronteras por que son universales o al ser parte de un modelo narrativo instalado todos los disfrutamos sin cuestionarlos.

¿Pero realmente todo el mundo ve los mismos films? ¿Los rosarinos consumen similares largometrajes a los que viven en Toronto? Entonces empecemos por el comienzo: ¿Qué películas vemos los argentinos en los cines?

Según los estudios de la consultora Ultracine, desde el 1 de enero hasta en 11 de noviembre de 2009, el circuito comercial estrenó 142 films. Se vendieron casi tres millones de entradas, aunque eso no necesariamente quiere decir que fueron tres millones de personas a las salas. Se calcula que las películas animadas y familiares, que suelen estar entre las más vistas, venden más tickets por que el público infantil las ve más de una vez. En esta lista local de las más taquilleras, una proporción muy grande del top ten es de este tipo de títulos: ‘La era de hielo 3’ (puesto 2), ‘Harry Potter y el misterio del príncipe‘ (puesto 3), ‘Up una aventura de altura (puesto 4), ‘Una noche en el museo 2’ (puesto 6), ‘Bolt: un perro fuera de serie’ (puesto 7), ‘Transformers la venganza de los caídos’ (puesto 8), ‘Fuerza-g’ (puesto 9) y ‘Cuentos que no son cuento’ (puesto 10). Esta situación se repite en casi todo el mundo, donde estos mismos largometrajes también ocupan los primeros lugares de recaudación. De hecho, en Estados Unidos ocho de las diez películas con más espectadores del año también tienen esta línea.

Si bien la proporción más grande de títulos estrenados en argentina es anglosajona, entre los 20 más vistos hay tres argentinos, incluyendo el que ocupa el número 1, ‘El secreto de sus ojos‘. Qué ‘el secreto’ tenga una posición tan alta también tiene que ver con que, por culpa de la epidemia de gripe, ninguno de los largometrajes animados alcanzó su techo estimado y lógico. No solo tienen buenas recaudaciones los films familiares; ‘El curioso caso de benjamin button’ está en la posición número 12, ‘las viudas de los jueves‘ en la 13 y ‘quien quiere ser millonario’ en la 21.

De todas formas, solo las tres primeras películas de este top ten superó la barrera del millón de espectadores. La importancia natural de estos largometrajes no es menor: son los que llevan a las salas al público que no va naturalmente al cine y vuelven a instalar la costumbre entre quienes la habían abandonado. Es esta audiencia la que hace la diferencia, quienes no necesariamente salen de su casa para ver un film.

La venta de entradas superó los 417 millones de pesos, con un promedio de valor por ticket de $ 12.67. Parte de esos fondos mantiene al sistema vivo y contribuye con la producción de cine local a través del Instituto de cine. Es decir, llevar a tus nenes a ver la última de Potter también genera dinero para las películas locales. En que lo gasta es tema para otro largísimo articulo.

En la otra punta del espectro están las cifras del Festival de Cine Independiente de Buenos Aires. Su prensa incluye suplementos de diarios, vía publica, avisos en gráfica y spots en TV, cosa a la que la mayoría de los títulos no accede. Así y todo, durante dos semanas de marzo el Bafici en buenas salas y con buenos horarios, solo convocó a 139.962 espectadores. ¿El valor promedio de sus entradas? Unos módicos $ 5.78. Menos de la mitad de lo que cuesta un ticket para cualquier otra película.

En términos concretos, El Bafici llevó casi la misma gente a ‘Los cines’ que ‘Hannah Montana la pelicula’ (138.201 espectadores), que ‘Los secretos del poder’ (138.092) pero menos que ‘Dragonball evolucion’ (166.923), aunque la página oficial del evento sostiene números algo diferentes (245.000 espectadores). Por supuesto, estos films estuvieron más tiempo en cartel, pero sus entradas costaban el doble y no gozaron de la extensiva comunicación del Festival. Aunque su influencia sea discutible, de todas formas su importancia es innegable: el Bafici es la puerta de entrada a todo un cine que si fuera por el circuito comercial seguramente no pasaría por nuestras pantallas. Quizás el próximo desafío del Festival sea sumar masividad sin perder calidad o contentarse con su base de publico y solo plantearse crecer en títulos pero no en espectadores. Sería una lastima elegir un horizonte tan chato para el evento cinematográfico más interesante que tiene la Argentina.