Afuera del local de bandera de Louis Vuitton sobre la Avenida de los Campos Elíseos en París, una controller financiera malaya llamada Angelia contó que el bolso de 920 euros (u$s 1.260) que acababa de comprar no era exactamente la que quería. “La cartera del monograma que yo buscaba está en falta; pregunté en tres locales Vuitton y en ninguno había. Así que tuve que elegir tamaño distinto, afirmó.
Durante las últimas dos semanas, la tienda donde los turistas hacen fila para entrar, está cerrando sus puertas una hora antes de lo habitual. Varios locales Louis Vuitton en París están tratando de vender menos para no llegar a Navidad sin suficiente stock.
La solidez de demanda que se está observando después de la crisis del año pasado no sólo tomó por sorpresa a esta compañía de artículos de lujo.
Chanel aumentó 20% el precio de sus clásicas carteras de cuero matelaseado, y justificó la medida citando los mayores costos del cuero. Mientras tanto, en Salvatore Ferragamo, el fabricante italiano de zapatos, aseguran que las ventas se incrementaron 20% desde junio.
En la feria del automotor de París, se vendieron los cinco autos de la edición Bugatti World Record, que llegan a una velocidad máxima de 415 km por hora y cuestan 1,95 millones de euros (u$s 2,67 millones). Ferrari también encontró comprador para las 80 unidades de la edición limitada SA Aperta, que salían 400.000 euros.
Luca Cordero di Montezemolo, presidente de Ferrari, señaló durante la exposición que la automotriz podía terminar el año con una ganancia casi récord.
Los problemas de stock que tiene Vuitton sorprenden dado que la compañía –que forma parte del grupo de artículos del lujo LVMH más grande del mundo– se enorgullece de su eficiente y automatizada cadena de abastecimiento que utiliza para sus locales.
‘Somos la única marca de lujo que controla completamente la distribución, por lo que es la más exclusiva de la industria, , dijo en marzo a Financial Times Yves Carcelle, número uno de Louis Vuitton.
Pero al haber recortado la producción el año pasado, no podrá cubrir totalmente el aumento de la demanda hasta que una nueva fábrica, la décima en Francia, comience a operar el año próximo.
Antonie Belge, analista de HSBC, no cree que el hecho de reducir el horario de atención de los locales tenga un gran impacto en las ventas. Sólo se ven afectados tres de los más de 400 locales que funcionan en todo el mundo y el mes próximo se volverán al horario habitual.
Pero él no cree que Vuitton pueda seguir creciendo al ritmo actual. El grupo no da conocer las cifras de ventas de Vuitton, pero la división de moda y artículos de cuero -que es la más grande- se expandió 18% en el trimestre hasta junio. Belge estima que las ventas de Vuitton subieron 20% orgánicamente, el doble de la meta anual informal de 10%.
“Claramente, el 20% tiene que disminuir, es insostenible , comentó. “Tiene un límite la velocidad con la que ellos pueden capacitar personal y abrir fábricas; es un lindo problema que enfrentan , agregó.
Eso recuerda que la rentabilidad de LVMH depende demasiado de Vuitton. LVMH tiene una envidiable colección de marcas, entre ellas Kenzo y Donna Karan, en moda; Christian Dior y Givenchy en perfumes; TAG Heuer, en relojes y las bebidas Dom Pérignon.