Uno de los pilares del actual contexto macroeconómico al que permanentemente se hace mención es el superávit fiscal. Sin entrar en la discusión sobre su origen y grado de sostenibilidad, no hay duda que los niveles de ahorro que viene teniendo el gobierno nacional son altos y deberían verse reflejados en un stock de deuda en continuo descenso. Esto no ocurre fruto de las características de cierta porción de la deuda. En efecto, durante el año 2005 el Gobierno tuvo un ahorro de

u$s 6.300 millones y, sin embargo, la deuda pública, luego del canje efectivizado en marzo, creció en u$s 3.300 millones. Esto fue así debido a numerosos factores, entre los que se destaca el hecho que casi la mitad de la deuda está nominada en pesos y ajusta por inflación.

Lo que se pretende resaltar con el párrafo anterior es la importancia de tener un nivel de superávit fiscal. Un escenario sin ahorro sería, sin dudas, mucho más comprometido que el que se tiene aún con ahorro.

¿Qué está pasando este año? A lo largo del año 2006, el Gobierno se está enfrentando con vencimientos de deuda pública por unos $ 44.100 millones,

$ 33.900 millones por pago de amortizaciones y $ 10.200 millones por pago de intereses (sin incluir los adelantos transitorios del BCRA). Estos vencimientos están compuestos por Bodenes (en un 31%); organismos internacionales (24%); Letes y Pagarés (18%); Préstamos Garantizados (13%); Bogar (6%); y por los bonos de la reestructuración, Par, Discount, Cuasipar y otros (8%).

La principal fuente de financiamiento que tiene el Estado para hacer frente a estas obligaciones es el superávit primario. En primer lugar, los ingresos totales para el primer semestre del 2006 fueron un 21.9% más elevados que los obtenidos para el mismo período del año 2005. Bajo el supuesto de un comportamiento similar en el segundo semestre del año, es factible estimar un total de ingresos del orden de los $154.000 millones. Por otro lado, en materia de gasto primario, el primer semestre evidenció un crecimiento del 25.1% respecto al primer semestre del 2005. Se pueden simular tres comportamientos de gasto público para lo que queda del año:

Escenario 1: suponer que el gasto va a continuar creciendo a la misma tasa que lo hizo durante la primera mitad del año, con lo cual el gasto primario anual alcanzaría los $ 133.500 millones y el ahorro consecuente sería de unos $ 20.600 millones.

Escenario 2: asumir que el Estado va a moderar el crecimiento del gasto en el segundo semestre, incrementándolo al mismo ritmo que lo pueden hacer los ingresos. Bajo este escenario, el gasto primario alcanzaría para todo el año los $ 131.700 millones y el superávit resultante ascendería a unos $ 22.400 millones.

Escenario 3: considerar que el ajuste del gasto es algo mayor que en el escenario anterior, de modo tal de alcanzar en todo el año 2006 un crecimiento que iguale al de los ingresos. Así, el gasto primario sería de unos

$ 130.100 millones con un ahorro de unos $ 24.000 millones.

Como en cualquiera de estos tres escenarios de gasto el superávit resultante no alcanza para servir la totalidad de los vencimientos, el Estado viene colocando deuda con las siguientes características:

$ 6.200 millones de Boden 2012, comprados por el gobierno de Venezuela.

$ 4.470 millones de Bonar V

$ 857 millones de Letras del Tesoro, colocadas en el Fondo para la reconstrucción de Empresas y en la AFIP.

Por otro lado, el Estado tiene la posibilidad de utilizar los Adelantos Transitorios del BCRA y de recuperar parte de la deuda que las provincias mantienen con la Nación.

En consecuencia, teniendo en cuenta estas fuentes alternativas de financiamiento, puede quedar un faltante de unos

$ 5.200 millones (11.8% del total de vencimientos del año),

$ 3.400 millones (7.7%) o $ 1.800 millones (4.1%), respectivamente, según sea el escenario de gasto que se considere. Días atrás, el Estado anunció la emisión de un bono de deuda conjunto con Venezuela, el Bono del Sur, por unos u$s 2.000 millones, con lo cual quedarían cubiertas las necesidades de financiamiento de todo el año. Aun en caso de no concretarse por ahora esta emisión, el faltante probable es totalmente financiable.

Pensando en el presupuesto 2007, es necesario recordar que vencen a lo largo de ese año cerca de $ 35.700 millones por amortización e interés. Esto le pone un piso al superávit fiscal necesario, que por varios frentes puede ser impactado, caso la reciente sentencia de la Suprema Corte de Justicia de respetar la movilidad de las jubilaciones. Y éste es solo uno de los frentes que seguramente se irán abriendo, sobretodo teniendo en cuenta que el que viene es precisamente un nuevo año electoral.

El antecedente de que en el 2006 el superávit fiscal primario financiará alrededor de la mitad de los vencimientos de deuda seguramente pesará bastante en las autoridades nacionales a la hora de terminar el diseño del presupuesto fiscal 2007.