Factores como el apoyo gubernamental, el alto precio del petróleo y la preocupación por la seguridad de la oferta energética se han combinado para que la energía renovable se convierta en un sector atractivo para la inversión.
En 2006, más de una docena de compañías especializadas en energía renovable, o en áreas relacionadas con ella, comenzaron a cotizar en el mercado Aim (Alternative Investments Market), de Londres.
Entre las acciones de estas compañías, las de Clipper Windpower –una firma que desarrolla parques eólicos en Estados Unidos–, están entre las han tenido uno de los mejores desempeños en Aim, una bolsa que es cada vez más buscada por las compañías globales de baja capitalización.
La eólica es la más madura de las tecnologías de energía renovable y las empresas con parques bien ubicados para el aprovechamiento del viento pueden obtener ganancias sustanciales, porque los precios de la electricidad se han mantenido elevados.
El diseño avanzado de las turbinas permite ahora generar más energía que en el pasado, llegando incluso 5MW en el caso de los modelos más grandes. Y la mayor parte de los gobiernos desarrollados, incluyendo EE.UU. y el Reino Unido, subsidian la generación eólica.
De todos modos, los inversores deben mostrarse precavidos porque el proceso de obtener permiso de las autoridades locales para instalar un parque eólico puede ser difícil. Y un tema que complica aún más las cosas es la escasez global de turbinas para los molinos de viento modernos, por el incremento en la demanda y el alza en los precios del acero.
Los papeles de empresas que fabrican etanol, como Renova Energy y GTL Resources, también tuvieron buen desempeño en 2006, por el boom en EE.UU. Pero también enfrentan riesgos porque el eje de su negocio es explotar la ventaja de precios en relación a la nafta, pero esto está cambiando porque algunas malas cosechas cerealeras impulsan al alza el precio de la materia prima del etanol, mientras el costo del petróleo ha descendido.