“Soy, me siento y me declaro liberal. Sólo en libertad pueden las sociedades alcanzar su máximo desarrollo, y sólo con autonomía pueden las personas obtener una felicidad plena . Con esta profesión de fe, aplaudida con fervor por las más de 600 personas reunidas en el Hotel Alvear, resumió ayer su ideario político el ex presidente español José María Aznar, quien llegó al país por poco más de 24 horas para presentar su libro de memorias, Ocho años de gobierno: una visión personal de España. Aznar, quien al mediodía se entrevistó con el presidente Néstor Kirchner –y con quien, es de suponer, no habló de ideología sino de la reestructuración de la deuda pública–, dio un discurso algo más encendido que lo habitual en las presentaciones de libros, y en diversas oportunidades recalcó la “especial relación que lo une –“a mí y a España , precisó– con la Argentina. Aznar aclaró que empezó a escribir el libro en septiembre del año pasado, antes de los atentados del 11 de marzo y su derrota electoral tres días más tarde: “Es por eso que algunas tesis pueden parecer sorprendentes
La presentación en el Alvear fue un éxito para Editorial Planeta, que imprimió en el país una primera edición de 4.000 ejemplares que serán distribuidos en la Argentina, Chile y Uruguay. En realidad, serán 3.800 los ejemplares a repartir entre las librerías, porque los fans de Aznar –señoras españolas, empresarios y admiradores varios; pocos de ellos jóvenes– compraron en el stand de Planeta alrededor de 200 libros, lo que ya le da a la editorial una facturación, en apenas dos horas y a $ 35 cada volumen, de $ 7.000.
Entre los seguidores de Aznar –una señora repetía: “Ay, si nosotros tuviéramos uno como él , y un hombre mayor le contestaba: “Sí, pero primero necesitamos un Felipe González –, se encontraban algunas de las principales figuras de la centro-derecha local, como Ricardo López Murphy (“Vine a saludarlo, nada más ), Patricia Bullrich, Guillermo Alchourón y Vicente Massot.
Acompañado por el menor de sus tres hijos, Alonso –su mujer, Ana Botella, es diputada nacional y tuvo que permanecer en Madrid–, Aznar permaneció en el estrado, después de finalizado su discurso, por más de una hora, firmando ejemplares. Si tenía alguna intención de dialogar con la prensa que lo esperaba a un costado del atril, la presencia de un activo equipo de Caiga quien Caiga terminó por disuadirlo.