Tres años después de haber anunciado sus planes para salir a la Bolsa, Puente comenzó a buscar un socio estratégico para hacer este proyecto una realidad en 2018. Federico Tomasevich, presidente del banco de inversión que tiene filiales en Argentina, Paraguay y Uruguay y que mudó su casa matriz a Londres, conversó con El Cronista acerca del futuro inmediato de su compañía y el contexto del mercado local. "Nosotros dijimos que íbamos a salir en 2018 y lo vamos a hacer", expresó. "Argentina está viviendo un momentum donde está siendo elegida por los inversores, lo que hace que pensemos en cuál es la mejor forma de concretarlo".

¿Cómo llega su compañía a pensar en un socio para realizar su IPO?

Dijimos que en 2018 íbamos a salir al mercado y lo vamos a hacer. Viendo lo que está sucediendo en nuestra operación en nuestros países en términos de crecimiento decidimos tener un proceso competitivo para encontrar un socio estratégico antes de la IPO, porque la escala de los negocios que estamos manejando ya es muy grande.

¿De qué volúmenes estamos hablando?

La operación de Puente creció mucho, mucho en los últimos años. Por ejemplo, el negocio de asset management: hace tres años adquirimos una participación significativa de MegaInver, por u$s 50 millones y hoy manejamos $100 millones, se multiplicó por veinte. En 2014, el negocio de wealth management manejaba en Puente menos de u$s 1000 millones y tres años más tarde mueve cerca de u$s 4200 millones. El negocio de sales y trade, que es básicamente darle servicio a clientes institucionales e internacionales para operar en Uruguay, Paraguay y la Argentina: en 2015 el volumen transado fue de u$s 12.000 millones y en 2016 cerró en u$s 28.000 millones. La compañía viene duplicando tamaño todos los años desde hace diez años. Pero los últimos diez años, la Argentina fue para atrás. Entonces, ahora que hay un cambio importante, del año pasado a este, se aceleró el crecimiento.

¿Qué rol cumpliría este socio en la estructura de Puente?

Tendría una parte minoritaria y nos debería facilitar el networkimg internacional por ejemplo. Somos una de las entidades domésticas en Paraguay, Uruguay y Argentina que más negocios genera a nivel internacional para estos países en activos financieros, pero no tenemos un socio estratégico americano.

¿Qué tipos inversores están interesados en la operación de su empresa?

Hay fondos soberanos interesados, otros de private equity también interesados; tenemos hedge funds y fondos de pensión que también quieren participar. Nosotros deberemos hacer una selección no de quien es el que mejor paga, sino de quien va ser el que más no vas a ayudar.

¿Qué plazos están manejando?

Es un tema de rapidez en hacerlo, hacerlo rápido y bien. Antes de fin de año, seguramente vamos a estar incorporándolo. Estamos recibiendo ofertas en el mes de junio, hay un banco internacional contratado para que nos ayude en este proceso. En diciembre debería estar cerrada la operación.

¿Mantienen su intención de salir en la bolsa de Londres?

Hace dos años no estaba previsto que Argentina entre en el MSCI, por ejemplo. Entonces, si las cosas caminan rápido, la escala de la compañía cambia rápido. Podríamos salir en Londres, podríamos salir en Londres y Buenos Aires; o bien Nueva York o Nueva York y Buenos Aires.

¿Cuáles de los cambios que introdujo el Gobierno pesan más en el mercado?

Este crecimiento explosivo es a números de 2016: ahí no está el efecto del blanqueo, no tenés a Argentina a punto de entrar en los mercados emergentes del MSCI, no tenés el efecto de la creación de la figura del asesor global de inversiones en la Argentina. Son todas novedades pequeñas pero muy relevantes para los inversores.

¿Ya comienzan a sentirse en el mercado local los efectos del sinceramiento fiscal?

Se empezaron a ver, pero estimamos que en el último trimestre de este año se vean con más fuerza. Esperamos que a raíz de esto nuestra operación se duplique de acá a 2018 en todas nuestras unidades de negocios. Paralelamente, en el mercado de capitales estamos con muchos mandatos de sacar empresas a la bolsa, tenemos muchas transacciones de provincias y de empresas. Ahora que la Argentina entra en el MSCI va a generar mayor demanda para equity, no tanto para deuda.

¿Qué consecuencias tiene para la expansión del mercado local la crisis política y económica de Brasil? ¿Argentina mantiene su atractivo para los inversores extranjeros?

Brasil es uno de los mercados emergentes más grandes del mundo y sin duda afecta la economía de algunos países. Es el socio económico más importante de la Argentina, en términos de comercio, con lo cual a Argentina le afecta la crisis brasileña. Pero Argentina está viviendo un momentum bastante particular. A pesar de esto, la Argentina está siendo la niña bonita del momento desde el cambio de la administración.

A los inversores no les preocupa la economía real...

Más allá de que hayan grandes desafíos: controlar la inflación, bajar el déficit y que arranque la actividad económica. Más allá de que los inversores locales e internacionales mantengan esta inquietud, no dejan de invertir en la Argentina. Esto lo estás viendo en el resultado de cómo se están desempeñando los activos argentinos. Las acciones del Merval no paran de subir: ahora, si la Argentina entra en el MSCI en los próximos 40 días, las acciones van a subir mucho más.

¿Qué impacto puede tener un resultado adverso para el Gobierno en este escenario?

Los precios ya tienen implícitos que el Gobierno gana las elecciones. Con lo cual, si no gana, eso sería un evento para el mercado. Si el Gobierno gana, los activos todavía están baratos en la Argentina.

¿Ve muchos lanzamientos en la bolsa en los próximos meses?

Distintas razones confluyen para que haya más compañías interesadas en salir al mercado. Las compañías en la bolsa ya valen el doble que hace un año. Entonces, no es lo mismo hacer un IPO a estos niveles que hace un año atrás. Todavía falta que Argentina re ingrese a los mercados emergentes, lo que tiraría los precios más para arriba y generaría más demanda y recién empezaron a entrar fondos del blanqueo. Todo esto genera una demanda adicional al momentum. Esta combinación de factores precipita a muchas compañías a tratar de acelerar el proceso.