En plena escalada comercial impulsada por Estados Unidos, Vietnam se convirtió en uno de los primeros países que cerró filas con Donald Trump al sellar un preacuerdo que fortalecería su balanza comercial, pero podría ir en detrimento de la de la Argentina, que depende en gran parte de las exportaciones al Sudeste Asiático. Implicaría un nuevo golpe en un momento crítico para el ingreso de dólares a las arcas del Banco Central (BCRA). Actualmente, Vietnam importa de Argentina el 50% del maíz y el 65% de la harina de soja que consume, según datos privados. Así, de concretarse el acuerdo, se traducirá en una pérdida potencial de mercado para dos de los principales complejos exportadores del país, justo cuando la balanza comercial muestra signos de debilidad. Y es que, en mayo, el valor exportado de productos derivados de la soja cayó un 31,7% interanual, según datos oficiales, lo que implicó una merma de u$s 684 millones en el ingreso de divisas. Cómo es el acuerdo entre EEUU y Vietnam Si bien el acuerdo entre Vietnam y EEUU no está sellado, en principio, contempla un recargo estadounidense del 20% para los productos fabricados en Vietnam y un gravamen del 40% para aquellos reexportados desde otros países a través de la nación oriental. Esto está dirigido principalmente a China, que produce muchos de los insumos que las empresas que operan en el país vecino del sur utilizan para ensamblar sus productos. En los últimos tiempos, las autoridades estadounidenses impulsaron que Vietnam tuviera un rol más relevante dentro de las cadenas de suministro de EEUU con el objetivo de equilibrar la influencia de China, su gran competidor geopolítico. La primera guerra comercial entre Trump y China aceleró el traslado de muchas empresas chinas hacia Vietnam, de ahí surge el apuro del país asiático por cerrar antes que nadie un acuerdo con la Casa Blanca. La preocupación se intensifica si se considera el contexto local: una economía con fuerte dependencia del ingreso genuino de dólares y un boom importador impulsado por la apreciación del tipo de cambio, la apertura comercial y la baja de aranceles. Tal como advirtió la consultora Equilibra en su último informe, la suba de importaciones no discrimina entre bienes de consumo e inversión, lo que indica un aumento en la salida de divisas sin una compensación inmediata en términos de exportaciones. Consultada por El Cronista sobre el alcance de los aranceles en la matriz argentina, la economista y MBA en Finanzas, Piedad Ortiz mencionó que son tres los sectores que se resentirían por la escalada arancelaria desatada por Trump: "Energía, el sector de materiales y el complejo agroexportador". Ortiz destaca que el sector agropecuario enfrenta una combinación de factores adversos: "Caída en la demanda internacional, mayores costos logísticos y menor competitividad". Además, indica que los cambios recientes en las cotizaciones de commodities como la soja y el maíz agravan el panorama. "Un ejemplo concreto es el nuevo acuerdo comercial entre EE.UU. y Vietnam, que podría desplazar a Argentina como proveedor clave, lo que afectaría fuertemente la balanza comercial local", desliza la analista. Para Lautaro Ronchi, operador de mercado en Sv Matesur, también se complica el frente externo en momentos donde cada dólar cuenta. En declaraciones a este medio, el experto analiza que el acuerdo comercial entre EE.UU y Vietnam "plantea un riesgo significativo para la balanza comercial argentina", que depende en gran medida de las exportaciones al Sudeste Asiático. Ronchi desliza que Vietnam es el principal destino de las exportaciones argentinas de maíz y harina de soja, aproximadamente entre el 15% y el 17% en cada producto-"Argentina domina el mercado vietnamita, con más de la mitad de las importaciones de maíz y dos tercios de la harina de soja, mientras que la participación de EE.UU es muy baja", dice. Ronchi también menciona que los acuerdos firmados entre empresas vietnamitas y estadounidenses, que incluyen compras agrícolas por u$s 2.000 millones, podrían desplazar a Argentina de este mercado clave si Vietnam prioriza las importaciones estadounidenses para reducir su déficit comercial", tal como Washington espera que suceda. Para Ronchi, Argentina podría enfrentar una competencia creciente en el Sudeste Asiático, en un contexto en el que Brasil, con una producción en constante expansión, ya consolida su dominio en el mercado chino. En ese escenario, advierte que resulta clave impulsar la producción local mediante la eliminación de los DEX, con el objetivo de mantener la competitividad, defender los mercados ya conquistados y ganar presencia en nuevos destinos estratégicos. Lorenzo Sigaut Gravina, director de análisis macroeconómico de Equilibra, matiza con Ronchi y advierte que, no proyecta un impacto "muy significativo, ya que el maíz y, en menor medida, la harina de soja son commodities que pueden venderse en otros mercados". Sin embargo, advierte que si EE.UU reemplaza a Argentina como proveedor de Vietnam, será necesario "buscar rápido nuevos destinos para esas exportaciones. Esta búsqueda no es gratuita: probablemente implicará asumir menores precios y/o mayores costos y esfuerzos de comercialización", lo que se traduce en golpe para los dólares del agro y en consecuencia los del Banco Central.