En el BCRA aseguran que el nuevo billete de 2000, al ser de mayor denominación, permitirá mejorar el funcionamiento de los cajeros automáticos y al mismo tiempo optimizar el traslado del efectivo. Sin embargo, Augusto Ardiles, ex director de Casa de la Moneda, calcula que "el nuevo billete de $ 2000 permitirá que los argentinos dejemos de pagar al divino botón, u$s 21 millones en 2023. Parece bueno, ¿no?". "Si se lo compara con la que hubiera sido una decisión más racional, como por ejemplo, un billete de $ 10000, no tanto: nos hubiéramos ahorrado unos u$s 170 millones, casi recuperando lo que se malgastó en 2020 y 2021", reveló el ex funcionario. Es una cuenta propia de Ardiles en base al ahorro que haría el BCRA por imprimir billetes más grandes. Es en dólares porque los contratos entre el BCRA y la Casa de La Moneda son en moneda extranjera, ya que el 70% del costo de un billete es en divisas. Por eso se hacen en divisas entre ellos los contratos. "Además, hay que tener en cuenta los tiempos. Si el billete de $ 2.000 estuviera en la calle mañana, equivaldría a algo así como u$s 5. Pero como va a estar en circulación a fin de año, con la inflación galopante que tenemos, va a estar en alrededor de u$s 3, lo mismo que vale hoy el de $ 1.000", estima Ardiles. Según informó el propio Banco Central el pasado 3 de enero, último disponible, en la Argentina circulan 8064 millones de billetes. De esa cifra, 3086,5 millones, es decir un 38% son billetes de $ 1000, mientras 1346,7 millones (16%) son de $ 500. El resto de los billetes, de menor denominación, suman en conjunto 3631,4 millones de unidades. De esta manera, la cantidad de billetes de mayor y de menor denominación es sorprendentemente similar.