Enrique Szewach, exdirector del Banco Central (BCRA), analizó los desafíos del segundo semestre y si bien destacó que ha superado la etapa de emergencia que heredó después de la anterior gestión, ahora enfrenta nuevas complejidades.
Respecto a la situación económica, aseguró que "estamos en un momento meseta" y añadió que para el plan del Gobiernose le vienen meses importantes en materia fiscal y cambiaria.
El consejo de Szewach sobre el dólar que lo cambia todo: "Hay que pasar a..."
"Ahora viene la parte importante", adelantó Szewach en diálogo por Radio Rivadavia. En primer lugar, sostuvo que es necesario "empezar a mirar la política fiscal con lupa y con bisturí y no tanto el trazo grueso que ya se hizo".
Luego, se refirió a la política cambiaria y aseguró: "Hay que pasar a una economía más normalizada". Y añadió: "El Gobierno ha utilizado como ancla cambiar el tipo de cambio para la inflación y eso ya no se puede usar".
"Ahora está usando el control de las paritarias y el control de algunas tarifas para no afectar la tasa de inflación, pero afectas al consumo", aseveró y consideró que son señales de "los costos de no tener todavía una economía más normalizada".
Consultado sobre si el alza del dólar puede tener un fuerte traslado a precios, Szewach fue terminante y planteó que "la normalidad de Argentina va a ser el día que tengamos un tipo de cambio flexible" y que los movimientos de la divisa "no generen ni recesiones ni aumentos en los precios". "Por ahora, pese a que ha habido algunas subas en alimentos, me parece que son más estacionales que derivadas del tipo de cambio", aclaró.
Y continuó: "Lo que pasa es que todavía no estamos con un tipo de cambio libre. Acordate que las empresas todavía no pueden operar en el mercado de cambios con total libertad y que el Estado no entró a comprar las reservas como tenía que haber entrado a comprar, recién ahora hay algunas compras del Tesoro. O sea, todavía está intervenido".
Para el economista, el aumento del tipo de cambio no está trasladándose fuertemente a los precios por dos razones: la disciplina fiscal sumado al congelamiento de los salarios reales. "Con el consumo retenido, trasladar a los precios los aumentos de costos se hace más difícil", cerró.