Es la gran transformación que provocó el cepo cambiario en los hábitos del turista: el mercado negro del dólar, un oscuro reducto destinado históricamente a los especuladores más audaces, terminó por convertirse en una necesidad ineludible para cualquiera que pretende viajar fuera del país. Y es lo que se ve, también, en las últimas cifras oficiales y privadas que se registraron sobre los gastos de argentinos en el exterior: actualmente, sólo un 60% de los pagos que realizaron en los distintos destinos turísticos debió ser afrontado mediante el uso de sus tarjetas de crédito. Y el resto, en cambio, tuvo que ser cubierto con divisas en efectivo, que pudieron haber sido adquiridas en las buenas épocas de libertad del mercado cambiario o, durante estos últimos meses, en las cuevas financieras que operan con el dólar blue.


El dato surge de una estimación que puede realizarse sobre la base de dos datos de la economía local: las cifras oficiales que miden las encuestas del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) para el gasto por turismo y los datos que registran los propios bancos sobre el financiamiento que otorgan a los usuarios de sus plásticos. De acuerdo con estos, los argentinos gastaron sólo en diciembre pasado u$s 227 millones (Indec). Pero en este mismo mes el gasto total con tarjeta de crédito fue de unos u$s 135 millones en todo el sector (la cifra se obtiene a partir de datos aportados por las principales entidades del sistema financiero). Esto significa que, al menos, u$s 92 millones debieron ser consumidos fuera del país con billetes en efectivo; es decir, un 41% del total revelado como gastos por el Indec.


La estimación revela un incremento en la participación de la tarjeta de crédito sobre los pagos en el exterior: del 37% en diciembre del 2010, sin cepo cambiario, a casi el 60% en el último mes del 2012. Pero una evolución decreciente, en términos absolutos, en el gasto que hacen los turistas con divisas en efectivo: sin prohibiciones de la AFIP, ese consumo había llegado a los u$s 128 millones hace dos años; pasó a ser de u$s 116 millones el año siguiente; y terminó siendo de apenas u$s 92 millones en 2012. Efectos de las bondades del nuevo corralito: la reducción de los pagos con billete fue, en estos dos años, del 30% (ver infografía).


El resultado permite inferir también que, actualmente, los argentinos deben financiar sus viajes con dólares ya atesorados (comprados, principalmente, en las épocas de mayor generosidad de la AFIP), o adquiridos actualmente en el mercado cambiario informal.


De acuerdo con datos del sector financiero, el gasto en dólares con tarjeta de crédito durante enero se habría incrementado a los u$s 400 millones. Su participación sobre el total de lo consumido en el exterior sólo se podrá estimar cuando la encuesta de turismo del Indec revele los datos del mismo período, a principio del mes próximo. Pero se descuenta que la evolución habrá sido creciente por las mayores restricciones que impuso el Gobierno nacional sobre el mercado cambiario durante las vacaciones (que le dieron vuelo, al mismo tiempo, a la cotización del dólar blue, que pasó de los $ 6,35 a tocar un techo de $ 8).