La muerte de Hugo Chávez, la ajustada victoria electoral de Nicolás Maduro, y la resquebrajada economía de Venezuela están forzando a Cuba, el aliado regional más cercano del país, a acelerar su proceso de reformas.

En 2011, antes de que la mala salud de Chávez pusiera en peligro el suministro anual de petróleo subsidiado a La Habana por u$s 3.500 millones, el partido comunista de Cuba adoptó planes para actualizar su estancado modelo socialista.

Pero dos años después, Cuba sigue apenas a mitad de camino de ese proceso de transformación, tal como Miguel Díaz-Canel, el nuevo vicepresidente, admitió hace poco en la televisión estatal. Hemos avanzando en temas que son más fáciles de resolver, que requieren decisiones y acciones menos complejas. Ahora lo que queda es tomar las decisiones importantes que serán más determinantes para el desarrollo de nuestro país, comentó.

Hasta la fecha, las medidas tomadas bajo el gobierno de Raúl Castro mejoraron la vida diaria pero no el desempeño subyacente de Cuba, aseguran los críticos. El régimen debe hacer malabarismo: si cambia demasiado rápido, el régimen podría desintegrarse; si lo hace demasiado lento, la economía se deteriorará y socavará el legado del hermano Castro.

El mandatario cubano, que necesita que Venezuela le garantice cinco años más de petróleo barato, tiene tres metas principales, aseguró Bert Hoffmann, experto en Cuba del Instituto Alemán de Estudios Globales: Evitar divisiones en la élite, y tensiones sociales; organizar una sucesión; y comenzar con las reformas económicas graduales para asegurar la supervivencia del régimen.

Al menos una parte de ese proceso, la organización de una potencial sucesión, se hizo con la designación de Díaz-Canal para el cargo de vicepresidente en febrero. El ex ingeniero eléctrico y funcionario del partido, conocido más como tecnócrata que como agitador político, ya asumió algunas funciones ceremoniales de Castro, como viajar al Roma para la elección del Papa.

Además se suavizó levemente la actitud hacia algunos críticos del régimen. Yoani Sánchez, la bloguera pro-democracia que opera pese a las restricciones generales que aplica el gobierno al acceso a Internet, y Berta Soler, líder de las Damas de Blanco, pueden viajar al extranjero desde que nuevas normas permiten a todos los cubanos salir y entrar del país. La economía también está cambiando. Las antes desérticas calles de la ciudad están atestadas de taxis privados y pequeñas empresas emplean cerca de 400.000 personas.

Pero Castro no tendrá opción si Venezuela, que tiene un creciente déficit fiscal, deja de subsidiar a la isla. Capriles, el líder de la oposición, quiere cancelar el subsidio de crudo a Caracas y describió a Maduro como títere de La Habana.