Cuando la semana pasada Thierry Peugeot, el presidente del directorio de la automotriz francesa que lleva su apellido, habló en el lanzamiento del nuevo modelo 208 en Brasil, su dominio del portugués fue sorprendente.
Parado detrás de él se encontraba Philippe Varin, CEO de PSA Peugeot Citroën, que enfatizó: Brasil es un mercado clave en nuestra estrategia de internacionalización.
Con sus finanzas en estado precario debido a su fuerte exposición a Francia, Italia y España, Peugeot está buscando su salvación en Brasil, China y Rusia. Varin reiteró su ambición de que en 2015 al menos la mitad de las ventas de la compañía provengan de países no europeos, comparado con el actual 38% en 2012.
La participación de mercado de Peugeot en Latinoamérica disminuyó de 5,5% en 2011 a 4,8% en 2012, porque sus ventas en los principales países de la región (Brasil, Argentina, Chile y México) retrocedieron 8,2% a 277.000 vehículos. La automotriz sufrió esta caída pese a que las ventas totales de autos en la región se incrementaron 5,6%.
En gran parte, el problema fue la planta de Porto Real, cercana a Rio de Janeiro, donde Peugeot está elevando la producción anual de 150.000 unidades a 200.000 mientras invierte en Brasil un promedio de 240 millones de euros por año. Las obras para aumentar la capacidad en Porto Real provocaron una disminución de la producción en 2012.
