Como entidad coordinada, el grupo Brics de mercados emergentes hizo poco excepto inspirar el nombre de un blog muy visitado.

El mes próximo, los cinco gobiernos (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) planean eregir una verdadera estructura en medio de torbellinos de retórica. Anunciarán la creación de un banco de desarrollo dedicado a cubrir parte del gigantesco vacío en financiación para infraestructura y cimiento que sufren las economías emergentes de rápido crecimiento.

Los Brics intentan evitar parte de lo que ellos sostienen son fallas del Banco Mundial y de los bancos de desarrollo regional. Pero así la función y operatoria precisas del banco Brics quedan abiertas a un gran número de maniobras políticas e incertidumbres sobre su conducción.

No hay duda de que se necesita financiación mucho más barata para el mundo emergente y en desarrollo. Dos ex economistas jefes del Banco Mundial Nick Stern y Joseph Stiglitz sostienen que los bancos de desarrollo multilaterales y ayuda externa el aportarán a la financiación para infraestructura entre u$s 40.000 y u$s 60.000 anuales en los próximos años, sólo 2% a 3% de la necesidad anual estimada de u$s 2 billones.

Podrían agregar también que las salvaguardas ambientales adoptadas por el Banco Mundial, después de décadas de lobby por parte de ONGs, hicieron que los préstamos para infraestructura sean complejos y caros. La hostilidad hacia los efectos de las grandes represas, por ejemplo, implicó que el banco tenga sólo un puñado de proyectos hidroenergéticos grandes en todo el mundo. Los bancos de desarrollo conducidos por mercados emergentes cerraron filas con variados grados de opacidad e indiferencia hacia el daño colateral.

Hay bancos de desarrollo de países del mercado emergente que son bastante transparentes, pero todavía reciben críticas por no serlo lo suficiente. Global Witness, una ONG, la semana pasada se quejó del Bndes, el banco de desarrollo de Brasil financiado en parte por el Tesoro nacional. El Bndes financió parte de los estadios del Mundial que, según acusaciones, beneficiaron a compañías con conexiones políticas y tienen poco impacto en el crecimiento futuro del país.

Hasta los bancos de desarrollo plurilaterales todavía tienen que cumplir con los estándares de transparencia de sus primos multilaterales. La Cooperación Andina de Desarrollo, que abarca 16 economías emergentes de América del Sur y Central, ahora financia más infraestructura en Latinoamérica que el Banco Mundial y el BID juntos, pero también recibe acusaciones por falta de transparencia y bajos estándares de préstamos.

Será difícil para el banco Brics cubrir esas exigencias y al mismo tiempo reconocer las realidades políticas.

Quién conduce la institución y cómo se tomarán las decisiones relativas al otorgamiento de préstamos todavía no fue comunicado en detalle, pero es inevitable que incluya cierto grado de política cruda.