Mario Draghi, el presidente del Banco Central Europeo, insistió en que sigue su curso la recuperación de la eurozona, pese a que admitió que se intensificaron las amenazas al crecimiento que significan las crisis de Ucrania y Medio Oriente.

Draghi reconoció que el impulso de la eurozona se debilitó en el segundo trimestre y que un aumento en las tensiones políticas podría infligir mayor daño. Pero afirmó que continuará la recuperación débil y que las expectativas inflacionarias para el largo plazo siguen ancladas a la meta del banco central, que es inferior pero cercana a 2%.

El presidente del BCE pidió a los gobiernos que den impulso a la recuperación. Aseguró que la reforma laboral y las excesivas regulaciones a empresas en Italia son las responsables de que la tercera economía de la eurozona entrara nuevamente en recesión. Draghi también se refirió al pedido del presidente francés François Hollande, que había solicitado mayor acción por parte del banco central. Le respondió diciendo que serviría poco, a menos que París resuelva sus defectos económicos estructurales.

Gilles Moec, del Deutsche Bank, afirmó que las afirmaciones de Draghi indican que los gobiernos deberían centrarse en sus propios inconvenientes en vez de pedir más al BCE.

Draghi señaló que la política monetaria brindará más respaldo en los próximos meses porque se verá el efecto de las medidas anunciadas en junio.

El banco central el mes próximo llevará a cabo la primera de seis operaciones de refinanciación a largo plazo, que exigen a los bancos asumir compromisos de préstamos, y son consideradas como un aspecto muy importante del paquete de medidas de junio.

Las estimaciones del mercado de que habrá una considerable aceptación de la oferta de préstamos baratos a cuatro años y tasa fija de entre 450.000 y 850.000 millones de euros, del 1 billón de euros posibles, fueron confirmadas por el presidente del BCE.

El euro, que cayó más de 2% contra el dólar desde que comenzó junio a u$s 1,335, podría bien depreciarse más, lo que sostiene a las compañías de la eurozona porque baja el precio de sus productos contra la competencia fuera del área de la moneda única.

Los mercados han percibido eso . . . las políticas monetarias en la zona del euro y Estados Unidos están, y van a seguir estando, senderos divergentes, dijo Draghi. Los fundamentals para un tipo de cambio más débil son mucho mejores que hace dos o tres meses, continuó.

Se espera que el banco central de Estados Unidos deje de comprar deuda del Tesoro norteamericano y suba las tasas hacia mediados del año próximo.

El BCE ayer mantuvo su principal tasa de refinanciación en 0,15% y su tasa de depósitos en terreno negativo, ya que sigue cobrando 0,1% sobre una porción de las reservas de los bancos colocadas en el BCE.

El consejo reiteró que las tasas seguirán en sus actuales niveles bajos durante un período prolongado. Los economistas no esperan que el banco central suba los costos del endeudamiento al menos hasta fines de 2016.

El BCE en poco tiempo contratará una consultora para que diseñe un programa para posibles compras de títulos valores respaldados por activos, una medida que el banco central espera que ayude a los préstamos en todo el bloque porque reactivaría el adormecido mercado de securitizaciones.

La inflación en julio cayó a 0,4%, su nivel más bajo en cuatro años y medio, menos que la meta del BCE. Las cifras del PBI de la eurozona, que se conocerán la próxima semana, probablemente muestren que el crecimiento del segundo trimestre fue tan débil como en los tres meses anteriores.

Pero, sin una escalada en las tensiones políticas o un fuerte shock económico, el BCE no espera tomar ninguna acción adicional al menos hasta diciembre. Las autoridades encargadas de diseñar políticas prefieren medir el impacto de las medidas de junio antes de decidir si se actúa nuevamente.

El presidente del banco central señaló que el derrumbe del Banco Espirito Santos de Portugal probablemente no necesite los fondos de los contribuyentes y no perjudique significativamente la salud del sistema financiero de la zona euro.