El poder de monopolio es y sigue siendo un gran problema en la economía global. Pero las noticias de la semana pasada plantearon preguntas como ¿hemos llegado a un nuevo límite en cuanto a las ventajas del tamaño?
Si se piensa en las últimas noticias, desde los aranceles de Donald Trump en China, hasta el escándalo de la filtración de datos en Facebook, o la reciente volatilidad del mercado, el hilo común es que todas las cosas grandes están bajo amenaza.
Los grandes países y regiones, como EE.UU., China y la UE, están más expuestos en caso de una guerra comercial. Si se llegan a aplicar más aranceles, las empresas de mayor capitalización bursátil probablemente serían las más afectadas.
Las principales marcas industriales como Boeing, Caterpillar y 3M ya sufrieron fuertes caídas en los precios de sus acciones y el Promedio Industrial Dow Jones, compuesto por las acciones de las sociedades más grandes, bajó 6% después de las noticias sobre los aranceles de la administración Trump. Mientras tanto, las compañías de tecnología más grandes de EE.UU. están directamente en la mira de los reguladores en ambos lados del Atlántico.
Los activos que parecen subvaluados y más seguros son los más chicos. "Los países del sudeste asiático, del sur de Europa y partes de América Latina ofrecen mayor margen para crecer, para aumentar sus ganancias, para invertir y mucho más margen para un respiro político", dijo Jay Pelosky, director de la consultora de inversiones Pelosky Global Strategies.
Pelosky, con sede en Nueva York, cree que el regionalismo es el nuevo globalismo y defiende la teoría mundial "tripolar", donde América, Europa y Asia siguen sus propios caminos y el sur de cada una de esas regiones prospera de manera particular.
Él tiene razón. Si lo vemos desde la perspectiva de la geopolítica, gran parte de América latina está saliendo de décadas de populismo y proteccionismo, mientras que el resto del mundo parece estar sumido en ellos. EE.UU. se encuentra al final de un ciclo de recuperación, pero muchos analistas creen que los mercados latinoamericanos tienen mucho margen para crecer.
Mientras tanto, si EE.UU. y China realmente terminan involucrándose en una guerra comercial, podrían ser los países más chicos del sudeste asiático los que se beneficiarían, ya que seguirían teniendo relaciones comerciales con ambas potencias. La Asociación de Naciones del Asia Sudoriental podría convertirse en una cadena de suministro alternativa y un socio comercial preferido para cualquiera de las dos regiones.
En el sur de Europa, el principal índice bursátil de Italia es uno de los pocos en la UE que subió en 2018. Parece que muchos en el mercado creen que hay potencial de crecimiento en la periferia de Europa, dado que los rendimientos de los bonos cayeron en países como España y Portugal.
De hecho, cualquier regulación futura en sectores como el tecnológico, probablemente apunte a los grandes actores, no en los pequeños y medianos.Y las empresas más chicas y más localizadas quizás eviten los peores efectos de los aranceles.
Además de ser un objetivo menos visible para el proteccionismo, las pequeñas empresas con niveles de deuda más bajos están mejor posicionadas para hacerle frente al alza de las tasas de interés. Según el grupo de investigación Strategas, las acciones de baja capitalización son la única clase de activos que superó la inflación todas las décadas desde los años 30.
Eso puede deberse en parte a que no pagan sueldos excesivos a sus altos ejecutivos como muchas de las compañías más grandes de EE.UU.
Por supuesto, hay eventos que afectarían a todas las empresas tanto grandes como pequeñas, desde una guerra comercial global hasta un conflicto nuclear. Sin embargo, vale la pena recordar que en tiempos de grandes cambios, caos y conflictos, a menudo los compañías y países más chicos y ágiles son los que funcionan mejor.
