Cuando China Rongsheng empezó a cotizar en Hong Kong hace tres años, la demanda era tanta que casi duplicó el capital en bolsa apenas unos días antes del debut.
La empresa, que construía buques destinados al transporte de vastas cantidades de materias primas para alimentar el auge de la vivienda, la infraestructura y la fabricación, era el corazón del milagro económico chino.
Las cosas son muy diferentes ahora. La semana pasada, la compañía obligó a la mitad de sus empleados a tomarse vacaciones debido a la escasez de nuevos pedidos y a la creciente preocupación por los altos niveles de deuda. Habiendo llegado a u$s 8 por acción, la empresa ahora cotiza a sólo u$s 0,80 y muchos analistas creen que seguirá cayendo.
Rongsheng no está sola. Los inversores se muestran hostiles hacia casi todas las empresas consideradas parte del viejo modelo económico de China, lo que hace que el valor del mercado global sea el más bajo en una década.
Los datos publicados ayer confirman que China continua desacelerándose, con un crecimiento que cayó a 7,5% en el segundo trimestre. Anteriormente, la desaceleración del crecimiento había llevado al gobierno a intervenir con medidas tendientes a impulsar la economía. Pero ahora que el nivel total de deuda supera 200% del PBI, según estimaciones de Citi, un paquete de estímulo que impulse la infraestructura parece ser poco probable. En cambio, las expectativas están puestas sobre nuevos motores del crecimiento, tales como el gasto de consumo.
Si analizamos el consumo y la inversión (según los datos más recientes), el consumo repuntó y la inversión siguió en descenso, señaló Shuang Ding, economista senior para China de Citi. Esto, en una perspectiva más amplia, es lo que está experimentando la economía china -un lento reequilibrio, agregó Ding.
Aún cuando el nivel de crecimiento era más alto, el retorno de la actividad bursátil era escurridizo. Desde comienzos de 2008, la economía china creció 65%, mientras que las ganancias acumuladas aumentaron 92%. Sin embargo, los inversores en el mercado de valores de Shangai podrían haber sufrido pérdidas de alrededor de 57%, según datos recopilados por Neuberger Berman. En los últimos seis meses, el índice bajó 11%, mientras que S&P 500 subió 14%.
Las acciones industriales y relacionadas con la construcción están entre las más afectadas. Este año, Poly Real Estate cayó 18% y Anhui Conch Cement descendió 20%, mientras que Zoomlion registró una baja de 55%.
Las acciones financieras también se ven afectadas debido a que el Banco Central está tratando de poner fin al exceso de crédito que ha impulsado gran parte del gasto en vivienda e infraestructura. El índice financiero de Shangai cayó 20% con respecto al pico que alcanzó en febrero, lo que hizo que muchos bancos cotizaran a una relación precio/valor libros inferior a 1.
La aversión a las acciones financieras e industriales, que domina tanto el índice de Shangai como el de Hong Kong, hizo caer el mercado chino a niveles de valoración no vistos desde la epidemia de SARS en 2003. El mercado de acciones H - compañías de China continental que cotizan en Hong Kong - cotiza a apenas siete veces su beneficio, en comparación con el nivel de referencia de 10,5 veces del índice de mercados emergentes MSCI.
Algunos otros activos relacionados con el crecimiento del gigante asiático, tales como el cobre, el acero y el dólar australiano, también cayeron abruptamente.
Sin embargo, para los optimistas, un milagro chino alternativo está por llegar, uno en el que la urbanización y el gasto de consumo mantienen activa a la segunda mayor economía del mundo.
