La promesa del nuevo primer ministro griego de no prolongar el rescate que recibió el país por 172.000 millones de euros y que vence a fines de este mes dejó a los funcionarios de Bruselas y otras capitales preocupados por la paralización de un diálogo de sordos que mantiene Atenas con sus acreedores, mientras se acaba el tiempo.
En su discurso inaugural ante el Parlamento como premier, Alexis Tsipras aseguró que en vez de prorrogar el actual salvataje, buscará un "acuerdo puente" para que el país salga del apuro hasta que se cierre un nuevo rescate de largo plazo. Pero los funcionarios de la eurozona se mantienen inflexibles y afirman que no existe ningún puente.
Tras varios días de reuniones entre Yanis Varoufakis, el nuevo ministro de Finanzas griego, y sus colegas de la eurozona se alcanzaron muy pocos puntos en común. Y los funcionarios temen que no haya verdaderas negociaciones en los próximos dos encuentros de ministros de Finanzas de la eurozona y en la cumbre de líderes de la UE.
¿Cuál es la urgencia del riesgo para Grecia?
Muchos funcionarios de la eurozona creen que los riesgos son muy urgentes y que eso llevó a Varoufakis, que originalmente hablaba de proponer en marzo un nuevo "contrato" de rescate que sería acordado antes de junio, a ya no pensar en meses sino en días.
El riesgo más inmediato es que el gobierno griego simplemente se quede sin dinero. Antes de la reciente agitación, la mayoría de los funcionarios pensaba que Atenas se arreglaría hasta junio al vencimiento de un bono de 3500 millones de euros y que luego sí se encontraría frente a una retracción de liquidez.
Pero muchos funcionarios ahora temen que los nuevos compromisos de gasto que asuma Tsipras, más el reciente derrumbe de la recaudación de impuestos en Grecia, hayan adelantado el día del reconocimiento a marzo, cuando vence un pago de 1400 millones de euros al Fondo Monetario Internacional. Sin manera de acceder al mercado de capitales, y sin financiación del rescate, Atenas podría literalmente quebrar.
Igual preocupación genera el sistema bancario griego. La inestabilidad en torno a las elecciones del mes pasado llevó a un masivo retiro de dinero de los bancos griegos que podría haber provocado una corrida bancaria. Esos retiros disminuyeron la semana pasada, pero sin un rescate vigente, los temores podrían reaparecer. El Banco Central Europeo (BCE) tiene limitada capacidad de ayudar a las entidades griegas en caso de una corrida, especialmente con Atenas fuera de una estructura de rescate.
Sin un rescate vigente, ¿cómo hace Atenas para conseguir un "puente" hasta junio?
Las opciones para Grecia son muy limitadas, y hasta aquellas alternativas posibles van desapareciendo. Una manera de recaudar fondos rápido sería emitiendo deuda de corto plazo a través de letras del Tesoro. Sin embargo, conforme al actual programa de rescate, Grecia puede emitir letras por hasta un máximo de 15.000 millones de euros y el BCE, que administra ese tope, dejó en claro que no lo levantará.
Una vez que Grecia esté fuera del rescate, el control del BCE se vuelve menos directo. Pero sigue siendo poco claro quién compraría letras de reciente emisión. La última subasta de letras griegas fue mala, y los compradores naturales serían los bancos locales. Pero el BCE, que ahora actúa como supervisor de todos los grandes bancos de la eurozona, comunicó que no quiere que las entidades griegas adquieran letras.
Además, la principal razón por la que los bancos griegos comprarían letras es para usarlas como garantía para préstamos baratos del BCE. Pero el BCE fijó un límite de 3500 millones de euros para la suma de letras que aceptará, y las entidades griegas están cerca de ese tope, lo que lo convierte en una inversión sin atractivo.
¿Y algún préstamo puente simple?
Esa sería una solución sencilla y obvia, pero no existe eso en el arsenal de la eurozona. El Mecanismo de Estabilidad Europea el nuevo fondo para rescates de 500.000 millones de euros, puede financiar salvatajes a gran escala, programas de recapitalización para bancos y hasta la compra de bonos soberanos en el mercado abierto. Pero no tiene la herramienta para ofrecer un préstamo de corto plazo. Además, dadas las exigencias que impusieron Berlín y otros lugares para que Atenas cumpla con sus compromisos, es poco probable que consiga un puente sin condiciones severas similares a las del actual rescate.
