Facebook quizás sea la herramienta política más poderosa de la historia; le hace sombra incluso a la televisión. No lo es definitivamente porque la era de la plataforma de medios sociales con miles de millones de usuarios todavía es muy joven. Aún no descubrimos con qué eficacia Facebook le da forma a lo que pensamos y votamos.
Las acusaciones de que se recopilaron datos personales de 50 millones de norteamericanos usuarios de Facebook en 2014 y que fueron utilizados por la consultora política Cambridge Analytica causaron una tormenta mediática (Cambridge niega que haya usado datos de Facebook en sus modelos).
Es importante conocer una serie de cuestiones sobre el modelo de negocios de la tan rentable red social, sus obligaciones ante los usuarios, y su rol en el proceso democrático. Las que siguen son cuatro preguntas particularmente urgentes que Facebook debería responder.
¿Por qué Facebook hizo tan poco cuando se descubrió la fuga de datos? Según los informes, Cambridge Analytica usó información proveniente de perfiles de 270.000 usuarios que aceptaron participar de una encuesta y bajar una aplicación a cambio de una pequeña suma de dinero (ese número se convirtió en 50 millones de perfiles a través de las redes de amigos de los mismos participantes del sondeo). A los usuarios se les dijo, falsamente, que la información sería utilizada sólo para fines académicos. Facebook sabía que se estaban usando los datos privados de los usuarios ya en 2015. Parece que su reacción fue pedirle a Cambridge Analytica que los destruya. Dado el tamaño de la filtración, es asombroso que no haya pedido de inmediato la participación de autoridades legales. Lo que es aún más extraño es que la consultora haya sido totalmente prohibida en la red de Facebook recién la semana pasada.
¿Quién es el responsable de la fuga de datos? Los ejecutivos de Facebook enfatizaron que la filtración no fue por un hackeo, y que no se robó información sensible como podrían ser las contraseñas. Afirmaron que el uso de datos que hizo Cambridge Analytica fue una violación a sus normas. Si ésos son esfuerzos para trasladar la responsabilidad, no es suficiente. Que se haya extraído esa cantidad de datos de la plataforma sin que Facebook supiera exactamente hacia dónde estaba yendo se parece mucho a una negligencia. Decir que se extremaron en la red las normas que rigen para las aplicaciones de terceras partes no alcanza. Acá hubo una falla mayor: ¿de quién fue?
¿Por qué Facebook acepta publicidad política? No sabemos si Cambridge Analytica logró, y en qué medida, utilizar los datos filtrados en avisos selectivos que hayan modificado el comportamiento de los votantes. Pero dada la cantidad de información que Facebook tiene sobre sus usuarios, claramente hay potencial para la manipulación del electorado a escala masiva. Después de todo, el producto que ofrece Facebook es la posibilidad de apuntar con precisión e influir en los consumidores. Una manera de ayudar a limitar el abuso político de la plataforma sería que Facebook rechazara todo tipo de contenido político pago, y restringir (en el grado que sea posible) la presencia de organizaciones abiertamente políticas en la plataforma. La misión de Facebook es "unir al mundo". Prohibir publicidad política sería un paso en esa dirección.
¿Todo aquel interesado en la sociedad civil debería simplemente abandonar Facebook? El viejo dicho sobre Internet se aplica cada vez más: si el servicio es gratuito, el producto sos vos. Cada vez es más claro el costo que asume la sociedad por tener plataformas "gratuitas" para estar en contacto y mantenerse informado. Las redes sociales son poderosas herramientas de comunicación. También crean cajas de resonancia ideológicas, difunden desinformación, y permiten la manipulación, todo mientras nadie se hace responsable. Hay un argumento para pensar que si todos fueran a abandonar Facebook, individualmente podría causarnos una molestia, pero colectivamente estaríamos mejor. ¿Qué piensa de eso, Mark Zuckerberg?
