La última edición del UK-Chinese Times, uno de los pilares de la comunidad de casi 400.000 habitantes de habla china que vive en Gran Bretaña, informó sobre el plan de House of Fraser de cerrar más de la mitad de sus grandes tiendas en el Reino Unido. Con una tirada de 40.000 ejemplares, brinda noticias e información a sus lectores desde 2003.

Pero la naturaleza de esas noticias ha cambiado con el tiempo. Desde 2010, el UK-Chinese Times, que tiene su sede en la sureña ciudad de Milton Keynes, se asoció a el Peoples Daily, el portavoz oficial del gobernante Partido Comunista de China (PCCh). El resultado es que, además de incluir un suplemento del Peoples Daily, el UK-Chinese Times publica docenas de artículos idénticos a los que imprimen los medios oficiales chinos.

Después de que el Partido Comunista decidiera el año pasado aprobar la reelección indefinida del presidente, lo que le permite a Xi Jinping mantenerse como jefe de Estado de por vida, el UK-Chinese Times publicó una serie de notas que justificaban la revisión constitucional.

"La adopción de enmiendas constitucionales por parte de la Asamblea Popular Nacional seguramente traerá felicidad y bienestar al pueblo chino en una nueva era", dijo un internauta en un artículo del Peoples Daily reproducido en la publicación.

El cambio de contenido del UK-Chinese Times es parte de una agresiva iniciativa de los medios de comunicación impresos, radiales y televisivos apoyados por el Partido Comunista para establecer acuerdos de cooperación con publicaciones extranjeras, que les permiten publicar contenido aprobado por el partido bajo el membrete de otros medios de comunicación.

Una investigación del Financial Times reveló que las agencias de noticias afiliadas al partido estaban reimprimiendo o transmitiendo en todo el mundo su contenido en al menos 200 publicaciones en chino que supuestamente son independientes. Según esos acuerdos, esas publicaciones ahora llegan a millones de lectores fuera de China cada año, y rivalizan con las suscripciones a todos los periódicos más grandes del mundo.

"Los medios de comunicación en chino y el pueblo chino son una misma cosa", dijo Lu Hao, director del periódico estadounidense Sino-US Times, a los editores en un foro que promocionaba la iniciativa Un Cinturón, Una Ruta de China el año pasado.

Cuando se trata de promover los intereses geopolíticos del Partido Comunista en el exterior, agregó: "Los medios de comunicación en chino tienen una ventaja incomparable, debido que comparten el idioma, la cultura y las costumbres".

El uso de medios noticiosos de terceros para enmascarar el contenido del partido se ha convertido en una táctica tan común que consiste en usar los recursos de otros para cumplir los propios objetivos.

Mientras en la última década China intensificaba el uso de su poder blando para cambiar la imagen internacional de su sistema autoritario, focalizó gran parte de su esfuerzo en invertir en contenido escrito en inglés en EE.UU. y Europa.

Sin embargo, las autoridades también hicieron un esfuerzo coordinado para influir en los grupos de medios cuyas publicaciones apuntan a los aproximadamente 60 millones de personas étnicamente chinas que viven en el extranjero, en especial las comunidades que viven en Australia, Nueva Zelanda y Canadá. Las autoridades chinas temen que las comunidades que viven en el exterior muchas de las cuales tienen antiguos vínculos con Taiwán ayuden a fomentar la oposición al Partido Comunista.

"El PCCh intenta fundir o fusionar, según sus propias palabras, el contenido de los medios chinos extranjeros con el suyo propio o con algunas de las personas que desempeñan un rol clave en medios nacionales en China", dice Anne-Marie Brady, una experta en China de la Universidad de Canterbury en Nueva Zelanda. "Éste es un fenómeno verdaderamente bien establecido. Es sólo que el mundo exterior no lo ha notado".

En 2005, el editor sino-canadiense Jack Jia fue invitado a asistir, con los gastos pagados, a una conferencia insulsamente llamada Foro Mundial de Medios que se iba a celebrar en la ciudad portuaria china de Wuhan.

Después de ser agasajado por editores chinos de alto nivel, le llegó una tentadora oferta: contenido gratuito de China News Service, un servicio de cables con llegada principalmente a audiencias chinas en Hong Kong y Taiwán.

Pero Jia, editor y redactor de Chinese News, un periódico en idioma chino que se publica en Canadá, sintió que algo no estaba bien. "Cuando le echamos un vistazo a su contenido, vimos que todo se parecía a Xinhua, el portavoz del gobierno", dijo Jia a Financial Times refiriéndose a la agencia estatal de noticias. "No utilizamos ese contenido en lo absoluto".

China News Service (CNS) está controlado por la Oficina de Asuntos Chinos en el Extranjero, una organización clave detrás de las operaciones de influencia del Partido Comunista en el exterior. Se creó en algún momento para alcanzar a los lectores en Hong Kong y Taiwán, pero desde entonces el CNS se ha enfocado en las comunidades étnicas chinas que viven fuera de China.

Los periódicos y medios de comunicación chinos en el extranjero mantuvieron durante mucho tiempo una conexión casi exclusiva con los de Hong Kong y Taiwán, muchos de los cuales adoptaron una postura contra el partido. Eso cambió a principios de la década de 2000, dicen los editores chinos, mientras crecía la influencia económica de Beijing. Cortejaron a editores como Jia. El avance es parte de un esfuerzo mayor para acercar políticamente esas comunidades a la órbita del Partido Comunista.

"Ahora China tiene dinero y fuerza, y en este momento la penetración de sus medios en los países occidentales, especialmente Gran Bretaña, Alemania, EE.UU. y Canadá, ha aumentado", dice Cao Changqing, un comentarista sino-estadounidense que actualmente trabaja para una emisora taiwanesa.

Durante esa misma época, los ingresos de la industria gráfica a nivel mundial cayeron en picada como resultado de la distribución de noticias por Internet. Eso les dio una apertura a los medios de comunicación del partido chino: ofrecerían su contenido completamente gratis, manteniendo a flote a los editores en dificultades mientras atraían más lectores.

Medios como Peoples Daily y China News Service, dirigidos por el partido, proveen contenido gratuito que luego se publica bajo el membrete de la organización de noticias en el extranjero. Los artículos generalmente se publican con una fecha pequeña que identifica su origen, pero se pueden confundir fácilmente con los originales de la publicación en el extranjero. A veces, estos acuerdos también obligan a los editores a publicar la edición en el extranjero del Peoples Daily como un suplemento por separado.

Desde 2003, el China News Service organiza conferencias anuales en China a las que invitan a cientos de editores de organizaciones de medios gráficos, televisión y radio en el extranjero. El Peoples Daily y CGTN, el brazo internacional de la emisora estatal CCTV, desde entonces han comenzado sus propios foros de medios. Al margen de estos foros, los editores extranjeros reciben propuestas de programas de televisión o noticias gratuitas de los auspiciantes de los medios estatales.

"La edición en el extranjero del Peoples Daily es uno de los periódicos más autoritarios en China. La riqueza de su detallado contenido es obvia para todos. Por lo tanto, me ofrecí como voluntario para publicar el contenido del Peoples Daily, y espero unirme a la gran familia de su edición en el extranjero, dijo el editor en jefe del Huaxin Newspaper de Austria al Peoples Daily después de asistir a su foro en 2007.

Los medios estatales de China están tratando de exportar su modelo de noticias cuidadosamente controladas, pero Gao Bingchen, un columnista sino-canadiense que escribe bajo el seudónimo de Huang Hebian, dice que no es una relación bilateral. "El mayor problema es la falta de reciprocidad. La sociedad occidental ayuda a la cultura y al contenido chinos difundiéndolos libremente, pero China está totalmente cerrada al contenido de los países occidentales", dice.

Gao alega que fue despedido en 2016 del periódico canadiense Global Chinese Press después de escribir una crítica sobre una visita de Estado a Ottawa del ministro de asuntos exteriores, Wang Yi, y sobre la situación de los derechos humanos en China en su cuenta personal de redes sociales.

A los escritores independientes en idioma chino les resulta cada vez más difícil publicar trabajos no aprobados por los medios respaldados por el partido, contó Jonathan Fon, un comentarista de televisión sino-canadiense.

"La censura no se limita al hecho de que otras publicaciones rechacen este tipo de historias. En el entorno actual, ni siquiera existe la posibilidad de publicar cosas vos mismo, porque nadie te ayudará a publicar esos ensayos", dijo Fon, que alega que se le ha impedido aparecer en varios medios de comunicación canadienses en idioma chino después de escribir negativamente sobre el comercio entre China y Canadá.

La mayor influencia económica global de Beijing ejerce una presión adicional sobre los medios en idioma chino en el extranjero.

"Las compañías no ponen anuncios en los medios catalogados de hostiles. Incluso si el periódico es neutral, el consulado lo notará silenciosamente y recomendará a las compañías o asociaciones patrióticas que no coloquen anuncios en esos periódicos. Entonces, si eres neutral, la fuente de ingresos desaparecerá inmediatamente", explicó Chongyi Feng, profesor asociado de estudios de China de la Universidad de Tecnología de Sidney.

Un escritor canadiense-chino que usa el seudónimo de Xin Feng dijo: "Los medios en idioma chino aquí a veces son manejados por empresarios de China continental que usan sus medios como plataforma para atraer negocios o para difundir propaganda activamente". En 2016, recibió amenazas de muerte después de escribir una crítica sobre la misma visita de estado de Wang que provocó el despido de Gao.

Los supermercados chinos, que dependen de las buenas relaciones con las autoridades y mayoristas locales en China para importar la mayoría de sus productos, han hecho particular hincapié en vincular la compra de anuncios a la corrección política, según afirman dos editoriales sino-canadienses en Toronto.

"Los riesgos de hablar abiertamente obviamente están creciendo, en especial desde el 19º congreso del partido, señaló Jia, refiriéndose a la reunión del partido en marzo que puso fin a los límites en la cantidad de mandatos para los presidentes chinos. "Hay miedo y está empeorando", aseguró.

En algunos casos, las amenazas contra los reporteros por incumplimiento no son nada sutiles. La esposa china del reportero sino-estadounidense Xiaoping Chen fue detenida en septiembre mientras trabajaba en un aeropuerto en el sur de China. Fue liberada a principios de este año, según sus amigos, pero Chen no ha podido ponerse en contacto con ella directamente.

Poco antes de que fuera liberada, salió a la luz un video de su esposa, publicado en una cuenta de YouTube con archivos de audio pirateados de periodistas chinos y extranjeros. En la filmación, ella decía que dejaba a su marido por voluntad propia, pero parecía estar leyendo un guión.

Chen es el editor de Mirror Media Group, con sede en Nueva York, un sitio web en idioma chino que publica artículos a veces especulativos que documentan la intriga de la élite política de China.

Él cree que sus numerosas entrevistas con Guo Wengui un magnate de los negocios en el exilio que amenazó con filtrar secretos políticamente delicados sobre algunos de los líderes más poderosos de China pusieron nerviosas a las autoridades chinas.

El ministerio de seguridad pública de China no respondió a una solicitud de comentarios.

"Mi esposa básicamente no tiene ningún interés en mi trabajo. Incluso cuando le cuento la verdad sobre China, ella no cree lo que le digo", le dijo a Financial Times en un correo electrónico. "Pero, honestamente, nunca pensé que secuestrarían a mi esposa".