Pese a que la inmigración es el segundo tema más importante para los votantes después de la salud, los dos principales partidos lo mencionaron notablemente poco durante esta campaña electoral, que se centró mayormente en la economía y en el costo de vida.
Pat Garrahy, un británico que hace dos años reside en East Ham un distrito suburbano ubicado en el extremo este de Londres, asegura que querría que los políticos "hablen y muestren cuál es su opinión". "Tenemos que controlar la inmigración", dijo a Financial Times señalando la calle principal, imagen que describe como "más parecida a Calcuta que a Londres".
Hoy votará por el Partido de la Independencia del Reino Unido (UKIP), que se opone ferozmente a la inmigración, propone que Gran Bretaña abandone a la Unión Europea y quiere imponer fuertes restricciones para quienes lleguen al Reino Unido desde países no europeos.
Es en parte debido al surgimiento del UKIP como rival más serio en estas elecciones que sus oponentes prefieren no hablar de inmigración. "Cada vez que ellos mencionan el tema, suman votos a favor de UKIP", aseguró Time Bale, profesor de política en la Universidad Queen Mary de Londres.
Pero tanto los conservadores como los laboristas tienen otras buenas razones para evitar que se preste atención al tema. Los Tories no lograron cumplir con su meta de bajar la migración a "decenas de miles" actualmente la cifra es tres veces eso y los laboristas todavía sufren por no haber impuesto controles a los nuevos estados miembros después de la ampliación de la Unión Europea en 2004.
Sin embargo, hay señales de que pese a las reformas al régimen de visas de los Tories que están en el Parlamento, el partido hoy tiene datos sobre inmigración tan malos como los que obtuvieron laboristas. Encuestas de Ipsos Mori muestran que sólo el 27% de los votantes creen que el manejo del tema por parte del gobierno actual ha sido mejor que durante la administración laborista; y 26% sostiene que ha sido peor.
Entre quienes tienen intención de votar al partido conservador, el 45% no está conforme con cómo el partido de David Cameron trató este tema, y sube a 94% el porcentaje de los que en 2010 votaron a los Tories pero ahora quieren ponerle fichas a UKIP.
Como resultado, los compromisos en cuanto a la inmigración incluidos en el manifiesto de los conservadores fueron dados a conocer sin mucha fanfarrea. Mantuvieron su meta de "decenas de miles" pero la llamaron una "ambición" y no una firme promesa. El partido se comprometió a restringir los acuerdos de visas para estudiantes y mantendrán constante el tope de trabajadores capacitados en el actual límite de 20.700, pese a las advertencias de las empresas que aseguran que eso podría obstaculizar el crecimiento cuando la economía se recupere.
Mientras tanto, el Partido Laborista se concentró en las medidas para restringir la migración de mano de obra no calificada, convirtiendo en ilegal que los empleadores menosprecien a los trabajadores británicos explotando a los inmigrantes. El partido también anunció que los inmigrantes provenientes de la UE deben tener dos años de residencia para reclamar beneficios por desempleo.
Pero será difícil promulgar políticas más radicales para los migrantes de la UE, dado que para hacer cambios a la actual libertad de movimiento hay que negociar con Bruselas.
Madeleine Sumption, directora del Oxford Migration Observatory, señaló que esta dificultad podría ser otra razón por la que la campaña mantuvo silencio sobre la inmigración. "Como la migración en la UE representa una gran parte del debate, probablemente para los principales partidos haya sido muy complicado elaborar una propuesta sólida", aseguró. "Para cualquier gobierno futuro será mucho más difícil actuar sobre la migración en la UE".
El profesor Bale sostiene que el firme foco puesto en la migración neta en todo el Parlamento podría haber contribuido a la sensación de que, si bien los votantes todavía están preocupados por la inmigración, están cansados de escuchar hablar sobre el tema.
Sin embargo, East Ham no parece ser el caso. El candidato de UKIP, Dan Oxley, asegura que cuando recorrió las calles encontró votantes muy receptivos a las cuestiones relacionadas con la inmigración.
