Importantes proyectos químicos y petroquímicos brasileños están parados. Los altos costos de producción llevaron a las industrias del sector a deshacerse de activos, cerrar unidades productoras y prorrogar inversiones. El principal proyecto anunciado -el Comperj (Complejo Petroquímico de Rio de Janeiro)-se postergó para 2014.
Para empeorar ese escenario, empresas tradicionales del sector químico del país, como Unigel, decidieron paralizar unidades. Un relevamiento realizado por Valor mostró que al menos u$s 8.000 millones en proyectos están guardados en los cajones.
El problema más grave son los altos costos de la materia prima (gas natural y nafta) en el país, dijo Fernando Figueiredo, presidente ejecutivo de la Asociación Brasileña de la Industria Química (Abiquim). Los costos de producción en Brasil son, en promedio, 25% más altos que en Asia y Estados Unidos, por ejemplo. Y provienen de naciones asiáticas los volúmenes más altos importados de productos elaborados con plástico. El sector sufre una competencia desleal. En 2012, la balanza comercial del segmento cerró con déficit record de u$s 28.100 millones. La expectativa para este año no es optimista: el déficit superaría los u$s 30.000 millones, según Abiquim.
Mayor petroquímica de las Américas, Braskem es cautelosa con respecto a las inversiones. La compañía decidió dejar para 2014 la decisión sobre los aportes y el formato de Comperj. La construcción de ese polo petroquímico está valuada en al menos u$s 5.000 millones. El grupo podrá asociarse a Petrobras, aunque esa definición depende de la decisión que tome el consejo de administración el año próximo. En ese polo está prevista la construcción de unidades productoras de polipropileno (PP), con capacidad anual de 900.000 toneladas; polietileno (PE), con 960.000 toneladas/año; 400.000 toneladas de estireno; butadieno (154.000 toneladas/año), además de benceno y p-xileno. El complejo incluye dos refinerías, cuya construcción está en curso.
Braskem informó que tiene interés en Comperj y que su decisión de aplazar el proyecto para 2014 no atrasará el cronograma. Fuentes consultadas por Valor afirmaron que la falta de competitividad de la materia prima torna la iniciativa inviable desde el punto de vista económico. El gas natural será la principal matriz de ese polo. Para tener una idea, el costo del gas natural en Brasil es cinco veces superior al de Estados Unidos, cuya cotización ronda los u$s 3 por millón de BTU (British Thermal Unit, o Unidad Térmica Británica).
Las grandes compañías químicas globales pusieron su atención en Estados Unidos, después de los hallazgos de reservas de "shale gas" (gas de esquisto) que tornan el precio del gas natural más competitivo. "Antes del 'shale gas' en Estados Unidos, el gas natural de Medio Oriente era más competitivo", afirmó Otávio Carvalho, director de la consultora Maxiquim.
Considerada la nueva tendencia del sector, la producción de plástico "verde" en Brasil, con el etanol como principal materia prima, también está congelada. Braskem, pionera en el emprendimiento, con una planta de polietileno verde en Triunfo (Rio Grande do Sul), dejó en stand by otras dos fábricas con la misma finalidad - una de polipropileno y su segunda unidad de polietileno. La estadounidense Dow Chemical y la japonesa Mitsui, que son socias en el complejo de Santa Vitória, en Minas Gerais, anunciaron a comienzos del año que paralizaron las obras. Evaluado por el mercado en u$s 1.500 millones, ese complejo concluyó su primera etapa, que contempla el cultivo de caña en un área de 20.000 hectáreas. Pero la segunda etapa, que prevé la implementación de la industria, está parada, por el aumento de los costos de esas obras.
Tradicionales empresas del sector también fueron golpeadas por el escenario crítico de las industrias químicas. Fue el caso del grupo nacional Unigel, que posee 15 unidades productoras en Brasil y México. En una reciente entrevista con Valor, la compañía admitió que analiza vender parte de sus activos -la empresa actúa en los segmentos de especialidades químicas, fertilizantes, plásticos y embalajes.
Valor pudo saber que la compañía decidió paralizar una de sus fábricas de polietileno. La unidad de Sao José dos Campos (San Pablo) está parada y toda la producción de ese insumo se concentrará en la unidad de Guarujá (SP). Sin embargo, la empresa informó que la planta podrá reactivarse en breve para producir otro tipo de resina (el ABS).
Otra importante compañía, el grupo Peixoto de Castro, de Rio de Janeiro, puede paralizar la producción de metanol, informaron fuentes del sector a Valor.
La belga Solvay también decidió poner en venta sus fábricas de PVC en Brasil y Argentina. Desde el año pasado, las industrias químicas negocian en Brasilia un paquete de incentivos para el sector. El gobierno anunció la reducción de los costos en energía, ítem considerado importante en esa área, pero precisábamos medidas más puntuales, como la desgravación de los impuestos, dijo Figueiredo.