En lo alto de una colina española, un pueblo parece resistirse al paso del tiempo. Sus calles, cargadas de historia, son recorridas por visitantes que, sin saberlo, caminan hacia un rincón que guarda una función tan inesperada como simbólica.
Medinaceli, conocida como indica su nombre en árabe, "ciudad del cielo", ya que se encuentra por encima de los mil metros de altitud (1.092), no solo deslumbra por su belleza arquitectónica y su legado romano y medieval. También guarda, en lo profundo de sus piedras, un uso insólito para una de sus construcciones más emblemáticas: actualmente es el cementerio de la Villa.
El castillo de Medinaceli: cuál es su historia
Según el Ayuntamiento de Medinaceli, elcastillo situado en el extremo occidental de la muralla romana y casi completamente reconstruido sobre la primitiva alcazaba árabe, está separado de las edificaciones por el llamado Campillo del Castillo.
Fechado en el siglo X, su misión era dar aviso por medio de señales visuales a la guarnición de Medinaceli de cualquier avistamiento en los valles cercanos. Sin embargo, escasas son las piezas que han llegado hasta nuestros tiempos de un castillo de suma importancia en elmedievo.
Asimismo, entre esos restos se encuentran los cimientos de un torreón, sobre una eminencia rocosa, así como dos aljibes de buenas dimensiones, restos de habitaciones y escaleras, excavados todos ellos en la roca.
Castillo de Medinaceli: cómo pasó a ser un cementerio
Los árabes hicieron de Medinaceli el cuartel general de sus correrías por el Duero. Su caudillo, Almanzor, herido en la batalla de Calatatañazor, murió camino de Medinaceli en 1002, y la tradición señala que está enterrado en el cerrillo cuarto próximo a la localidad, aunque otros sitúan el interior de la desaparecida alcazaba como su lugar de enterramiento.
De ese modo, que el castillo hoy sea el cementerio del pueblo no es un gesto menor. Es una forma de cerrar el círculo de la historia: quienes defendieron o habitaron el lugar, hoy descansan dentro de sus murallas. Y los visitantes lo recorren con respeto, sabiendo que no pisan solo ruinas, sino memoria viva.
Medinaceli: qué más recorrer en la localidad
Los lugares imprescindibles de este paseo por Medinaceli son los siguientes:
Arco Romano: monumento único en España con triple arcada; indicaba límites administrativos en época romana.
Convento de Santa Isabel: fundado por Clarisas en 1528. Destacan su patio central y el arco decorado con cordón franciscano.
Nevero Medieval: pozo de nieve cilíndrico con cúpula, usado para conservar hielo. Construcción en caliza y toba.
Iglesia de San Román: templo del siglo XIII con posibles orígenes como sinagoga. Tuvo diversos usos religiosos.
Plaza Mayor: antiguo foro romano, hoy centro de la villa. Reúne el Palacio Ducal, la Alhóndiga y el Aula Arqueológica.
Palacio Ducal: residencia del siglo XVII. Alberga un mosaico romano y funciones culturales.
Aula Arqueológica: centro interpretativo con maquetas y recreaciones que explican la historia local.
Alhóndiga: almacén de grano, luego sede del Concejo y cárcel. Edificio clave en la vida medieval.
Arco Árabe: antigua puerta del campamento romano, modificada durante el período musulmán.
Murallas: construidas sobre restos celtibéricos y restauradas por romanos, árabes y cristianos.
Puerta de Coz: acceso medieval con mirador al valle del Jalón y versos del Cantar de mio Cid.
Mosaico Romano de Plaza San Pedro: decoración del siglo II d.C. en parte conservada, testimonio artístico de época romana.
Colegiata de Nuestra Señora de la Asunción: templo gótico de 1561 con elementos románicos. Destaca su retablo, cripta y rejería.