

Torre Pacheco, una localidad agrícola en la Región de Murcia, ha pasado de la tranquilidad a convertirse en epicentro de graves altercados con tintes racistas. Todo comenzó tras la agresión a Domingo, un vecino español de 68 años, supuestamente atacado "por diversión" por un joven marroquí.
Desde entonces, se desataron disturbios en el Barrio de San Antonio, una zona con fuerte presencia de población migrante y donde se ubica una mezquita.
"¡Viva España!", gritaba un vecino desde el balcón mientras decenas de antidisturbios de la Guardia Civil desembarcaban para intentar frenar los enfrentamientos entre vecinos, migrantes y grupos de ultraderecha llegados de diferentes provincias. La situación escaló durante tres noches consecutivas.
"Tenemos 100 agentes desplegados por las calles", afirmó el alcalde de Torre Pacheco, Pedro Ángel Roca, quien confirmó también que el dispositivo se mantendría el lunes. "Llevo tres noches sin dormir", declaró.

Un local atacado por racismo y violencia
Uno de los focos del odio fue Don Kebab, un restaurante regentado por Hassan, un ciudadano marroquí. Su local fue atacado por unas veinte personas que lo saquearon y destrozaron.
"Hassan, el dueño de Don Kebab, estaba acompañado de un amigo al que le han rociado los ojos con gas pimienta. Luego le han roto la televisión, la caja registradora, una nevera...", relataron testigos a El Español. Los atacantes también lanzaron adoquines y una botella de cristal contra la carne giratoria de cordero del establecimiento.
No fue el único comercio afectado. También resultó vandalizada la furgoneta de la Confitería Olmopan, donde trabajan cuatro ciudadanos marroquíes. "Estoy sin salir de casa desde el sábado porque tengo miedo", confesó uno de los empleados, que pidió mantenerse en el anonimato. "Todo esto es por culpa de los políticos", añadió.
Ocho detenidos y acusaciones cruzadas
Según la Delegación del Gobierno, ya son ocho los detenidos: cinco españoles y tres marroquíes. Las últimas dos detenciones se relacionan con el encubrimiento del presunto autor de la agresión al jubilado. Tres de los arrestados están acusados de agredir a un menor marroquí y de provocar daños al equipo de sonido de un periodista.
"Se han producido cuatro nuevas detenciones", informó el alcalde durante una improvisada rueda de prensa en plena madrugada. A medida que el conflicto crecía, también lo hacía la crispación política.
Guerra política por Torre Pacheco: acusaciones cruzadas entre el oficialismo y la oposición
El presidente de Vox, Santiago Abascal, negó cualquier responsabilidad de su partido en los disturbios, aunque defendió su política de deportaciones. "No sé si traemos crispación o no, pero antes la crispación a que los españoles estén callados ante la migración ilegal, robos y machetazos", declaró.
En contraste, la portavoz de Podemos en Murcia, María Marín, anunció que su partido denunciará ante la Fiscalía lo que calificó como una "cacería contra el inmigrante". "La ultraderecha envalentonada se siente impune y ha pasado todas las líneas rojas", dijo. También acusó a la Delegación del Gobierno de "inacción" y al PP regional de "normalizar el racismo como política institucional".
El PSOE de Murcia se sumó a las denuncias. Su portavoz, Isabel Gadea, señaló directamente a José Ángel Antelo, líder regional de Vox, por incitación al odio. "El odio tiene consecuencias y no puede salir gratis en una democracia", afirmó en rueda de prensa. "En esta situación solo hay dos bandos: quienes siembran el odio y quienes defienden la convivencia".
Por su parte, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, aseguró que "la situación está controlada" y atribuyó los hechos a "discursos de ultraderecha avalados por la derecha". Confirmó que "la Fiscalía de Sala de Delitos de Odio investiga ya lo ocurrido también en redes sociales".
El pueblo atrapado entre sirenas, piedras y discursos de odio
Las imágenes de la violencia se viralizaron: jóvenes marroquíes enfrentando a los antidisturbios, contenedores volcados, persecuciones a pie, y un clima de miedo generalizado. "¡Por favor, todo el mundo a sus casas!", gritaba desesperado un subinspector de la Policía Local.
Mientras tanto, adolescentes retransmitían los disturbios en redes, y otros se movían en patinete para grabar la "cacería". "La noche está siendo difícil", reconoció un agente a las 2.31 de la madrugada del lunes.
Torre Pacheco, donde tres de cada diez vecinos son inmigrantes, atraviesa uno de sus momentos más críticos. La violencia, alimentada por discursos extremistas y la falta de control político, ha quebrado la paz en una localidad acostumbrada al trabajo agrícola y la convivencia.













