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El sistema público de pensiones en España representa una de las mayores partidas de gasto del Estado. En 2023, este concepto consumió cerca de 226.735 millones de euros, una cifra que sigue creciendo año tras año y que ya ronda el 50% de los ingresos del Estado. Aun así, pocos ciudadanos logran dimensionar lo que esta cantidad significa en términos prácticos.

Para facilitar la comprensión, el economista y periodista Manuel Llamas ha echado mano de comparaciones impactantes. En su pódcast con ViOnemedia, aseguró: "El patrimonio de Amancio Ortega es el equivalente a siete meses de pensiones en España". Con esta afirmación, Llamas busca poner en perspectiva la magnitud del gasto en jubilaciones que afronta el país.

Ortega, de 88 años, no solo lidera la lista de los españoles más ricos, sino que también figura en el noveno lugar del ranking mundial, con una fortuna estimada por Forbes en 120.200 millones de euros. Sin embargo, este volumen colosal de dinero apenas alcanza para financiar poco más de medio año de pensiones en el país.

Las pensiones, un agujero sin fondo para las cuentas públicas

"Nos gastamos más de 200.000 millones de euros al año solo en pensiones", remarcó Llamas. Esta cifra, repetida constantemente en debates políticos y tertulias económicas, parece haber perdido efecto entre la opinión pública. "Algunos dirán: ‘Bueno, pero esas cifras me cuesta aterrizarlas... hablas de 200.000 millones como si fueran cuatro euros'", ironiza el economista.

Frente a esta desconexión entre números y realidad, han surgido cuentas como Días de Pensiones en España, que compara el gasto en pensiones con hitos históricos o patrimonios emblemáticos.

Así, el coste del canal de Panamá, ajustado a la inflación, equivale a apenas un mes y seis días de pensiones. Incluso las reservas de petróleo de Noruega, que podrían sostener casi tres años de jubilaciones, se revelan insuficientes a largo plazo.

En palabras de Llamas, el sistema español "no es solo caro, es absolutamente insostenible".

Un debate que la política esquiva por miedo al voto pensionista

¿Por qué, entonces, no se aborda el problema de fondo? Para Llamas, la respuesta es sencilla: los votos. "Hay 12 millones de votantes que viven de la pensión. Es un bloque electoral que nadie quiere tocar", explica. En este contexto, los partidos, sean del signo que sean, optan por postergar las reformas necesarias para garantizar la viabilidad del sistema.

"El PP se arruga, como se ha arrugado una vez más, por el tema de las pensiones", sentencia el economista. Y no es el único. La reforma impulsada por el exministro José Luis Escrivá prevé que la pensión media aumente un 25% para 2050, según cálculos de la AIReF, lo que añade aún más presión sobre las arcas públicas.

Pero el problema no solo se traduce en cifras macroeconómicas. También tiene su correlato en la vida cotidiana. "Si eres pensionista en España no te queda dinero para ir a buscar arroz al supermercado", se lamenta María Angustias, jubilada.

Amancio Ortega y el espejismo del supermillonario

El caso de Ortega, fundador de Inditex y primer accionista del grupo, sirve como referencia para dimensionar la magnitud del gasto en pensiones. A través de Pontegadea Inversiones y Partler, controla casi el 60% de la empresa matriz de Zara, lo que le ha permitido percibir este año dividendos por más de 4800 millones de euros.

Sin embargo, ni esa suma, ni todo su patrimonio acumulado durante décadas de éxito empresarial, alcanzarían para más de siete meses de pagos a los jubilados. Un dato que, como dice Llamas, debería disparar las alarmas: "El problema es que estamos pagando pensiones con deuda pública. Esto no es sostenible a largo plazo".

Reformar el sistema no significa necesariamente recortar, sino adaptarlo a una realidad demográfica donde se vive más tiempo y nacen menos niños."La jubilación tiene que moverse a la par que la esperanza de vida", advirtió recientemente el experto en pensiones José Antonio Herce.