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La Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU) establece claramente las responsabilidades de inquilinos y propietarios en cuanto a las reformas en pisos de alquiler. Un aspecto crucial es que los inquilinos no pueden llevar a cabo modificaciones sin el consentimiento expreso y por escrito del propietario, según el artículo 23 de la ley.

A pesar de esta restricción, hay ciertas mejoras que las personas que alquilan deben realizar durante su estancia. La normativa detalla qué reformas son responsabilidad del inquilino y cuáles deben asumir el dueño del inmueble, lo que puede ayudar a evitar conflictos entre ambas partes.

¿Qué arreglos debe hacer el dueño del alquiler?

El artículo 21 de la LAU indica que el propietario es responsable de las reparaciones necesarias para mantener la vivienda en condiciones de habitabilidad, explicó Fotocasa en su blog.

Esto incluye la reparación de humedades, la sustitución de calderas y la reparación de elementos estructurales. Por otro lado, el inquilino debe encargarse de las pequeñas reparaciones que surjan del uso diario de la vivienda.

¿Qué reparaciones tiene que hacer el inquilino?

Entre las reformas que pueden ser responsabilidad del inquilino se encuentran la reparación de daños en el mobiliario, la sustitución de electrodomésticos dañados por sobrecargas eléctricas y la obligación de tapar agujeros en las paredes que se hayan hecho para colgar objetos. Además, si el inquilino decide pintar las paredes, deberá restaurar la pintura antes de dejar la vivienda, a menos que se acuerde lo contrario con el propietario.

Es importante que los inquilinos comuniquen cualquier cambio al propietario por escrito, ya que no hacerlo puede considerarse un incumplimiento del contrato. Esto es fundamental para mantener una buena relación y evitar problemas legales.

La ley también permite que los inquilinos lleven a cabo obras de mejora, siempre que no comprometan la seguridad de la vivienda y cuenten con el consentimiento del propietario. En algunos casos, se puede acordar que el pago de la renta se reemplace, total o parcialmente, por el coste de la reforma, según lo estipulado en el artículo 17.5 de la LAU.

Es esencial que tanto inquilinos como propietarios conozcan sus derechos y obligaciones en relación con las reformas en los pisos de alquiler. Esto no solo facilita una convivencia armoniosa, sino que también protege los intereses de ambas partes. Según un informe publicado por Fotocasa, es fundamental que los inquilinos se informen sobre estas normativas para evitar malentendidos.

La claridad en las responsabilidades de cada parte puede prevenir conflictos y asegurar que las viviendas se mantengan en buen estado. Conocer la ley es el primer paso para una relación de arrendamiento exitosa.