La historia empresarial de Randy Carr dio un giro inesperado cuando los aranceles anunciados por Donald Trump pusieron en jaque el modelo de producción de World Emblem, compañía dedicada a la fabricación de parches y emblemas personalizados.
Con operaciones en más de 40 países y un 30% de su producción radicada en China, la firma necesitaba una alternativa rápida para no perder competitividad.
En entrevista con CNN, Carr reconoció que recurrió a la inteligencia artificial como apoyo. Más precisamente a ChatGPT, el modelo desarrollado por OpenAI en 2022 y que desde entonces ha cambiado la vida diaria de todos.
"Cuando el gobierno de Estados Unidos comenzó a cambiar sus políticas comerciales en enero, lo primero que hicimos fue chatear y preguntar qué necesitábamos para nuestro tipo de entorno y nuestro tipo de negocio", explicó.
¿Qué le preguntó Randy Carr a ChatGPT?
La consulta no fue menor: se trataba de saber dónde invertir millones de dólares en plena incertidumbre global. La IA le sugirió mirar hacia países cercanos a Estados Unidos, con estabilidad y libre comercio.
Carr señaló que buscaba "fuerza laboral estable, buena infraestructura, libre comercio con Estados Unidos, puertos limpios sin problemas portuarios", además de la seguridad de no enfrentar barreras arancelarias.
La respuesta que obtuvo fue clara: República Dominicana. Tras investigar, el CEO decidió trasladar parte de la producción a la Zona Franca de Tamboril, en Santiago. Allí se levantará una planta de 9300 metros cuadrados, cuya apertura está prevista para finales de este año.
Más allá de la infraestructura, Carr destacó un factor humano. "Son muy acogedores", dijo sobre los dominicanos, aludiendo a la calidez de la población como un elemento clave en su elección.
¿Qué es World Emblem y cuánto factura?
World Emblem es una empresa familiar fundada en 1993 por Jerold Carr (tras la evolución de Emblem Service Center), con base en el sur de Florida. Se ha consolidado como el mayor fabricante de parches bordados del mundo, con operaciones en EE. UU., México, Canadá y Europa.
Actualmente cuenta con más de 1200 empleados, alrededor de 4250 cabezales de bordado y más de 1 millón de m² entre fábricas y oficinas, con una producción cercana a los 250 millones de parches al año.
Según el listado "Top 40 Suppliers 2022" de la publicación Counselor, World Emblem reportó ingresos de 90 millones de dólares en 2022, un salto significativo desde los 65 millones de 2021. No obstante, no se puede acceder a información publica reciente sobre la última facturación.
La otra cara: los riesgos de confiar en la inteligencia artificial
El caso de World Emblem ha despertado interés por lo que supone delegar decisiones estratégicas a un algoritmo. Mientras empresas exploran el potencial de estas herramientas, las autoridades financieras han comenzado a alertar sobre sus límites.
La Autoridad Europea de Valores y Mercados (ESMA) lanzó recientemente una campaña para advertir a los pequeños inversores. "Las herramientas de IA que ofrecen ideas de inversión pueden generar información incorrecta, ya que pueden basarse en información obsoleta, incorrecta o incompleta", señaló el organismo en un comunicado.
El regulador europeo recordó también que no se trata de sistemas diseñados para ofrecer asesoramiento profesional y que, en caso de error, los usuarios pueden quedar desprotegidos. "Si algo va mal, es posible que no tenga acceso a un defensor financiero del cliente o a mecanismos alternativos de resolución de conflictos para la resolución de reclamaciones", apuntó.
Una advertencia clara para los inversores
El supervisor comunitario ha insistido en la importancia de combinar la tecnología con la supervisión humana. "Es arriesgado confiar en tales herramientas, especialmente en mercados financieros complejos e impredecibles. Evite confiar únicamente en herramientas automatizadas; el criterio humano es crucial", recalcó la ESMA.
La campaña, que también cuenta con el apoyo de la CNMV en España, se difunde bajo la etiqueta #AIInvestorAlert y busca generar conciencia entre los usuarios sobre los riesgos de entregar información sensible y depender por completo de la inteligencia artificial para manejar su dinero.
En el caso de Carr, la apuesta por República Dominicana se perfila como una jugada estratégica. Pero el debate sigue abierto: ¿hasta dónde es seguro poner las grandes decisiones empresariales en manos de una máquina?