

Vivir con padres o abuelos puede suponer un alivio económico adicional gracias a un beneficio fiscal recogido en la Ley del IRPF. La Agencia Tributaria permite deducir hasta 1150euros por cada ascendiente mayor de 65 años que conviva con el contribuyente.
En el caso de personas que superen los 75 años, la cifra aumenta en 1400 euros más, lo que eleva el ahorro total a 2550 euros anuales. Esta medida busca reconocer el esfuerzo de miles de familias que asumen la atención y los gastos de sus mayores o de personas con discapacidad.
El derecho a esta deducción también se mantiene incluso si el ascendiente fallece durante el año fiscal, siempre que se haya cumplido con las condiciones de convivencia y dependencia económica.
Con ello, Hacienda intenta aliviar parte de la carga que supone cuidar a personas dependientes y fomentar la corresponsabilidad familiar en el cuidado de los mayores.
¿Qué requisitos exige Hacienda para acceder a la deducción?
Para beneficiarse de esta ayuda es imprescindible que el ascendiente tenga más de 65 años al finalizar el año fiscal o que cuente con un grado de discapacidad igual o superior al 33%, independientemente de su edad.

Además, debe existir una convivencia efectiva durante al menos seis meses del año natural. Este punto puede acreditarse mediante un certificado de empadronamiento conjunto o, en el caso de personas con discapacidad que residan en centros especializados, con la justificación de los gastos asumidos por el contribuyente.
También hay límites de ingresos que deben cumplirse. El ascendiente no puede haber percibido más de 8000 euros anuales en rentas sujetas a IRPF, excluyendo aquellas exentas, ni haber presentado declaración propia con rendimientos superiores a 1800 euros.
Con estos topes, Hacienda busca que la deducción llegue realmente a las familias que soportan una mayor carga económica derivada de la convivencia con personas mayores o dependientes.
¿Cómo se aplica esta deducción en la Declaración de la Renta?
El beneficio se integra en los llamados "mínimos personales y familiares" del IRPF, lo que reduce la base imponible del contribuyente. Esto significa que no es una devolución directa, sino un ahorro en el cálculo final del impuesto.

En la práctica, quienes cumplen los requisitos pueden ver reducida su factura fiscal en hasta 2550 euros anuales por cada ascendiente a cargo, dependiendo de su edad y grado de discapacidad.
Para aplicarla correctamente, es necesario consignar los datos del ascendiente en la declaración, acreditando su edad, discapacidad, nivel de ingresos y convivencia efectiva.
En casos de fallecimiento durante el ejercicio fiscal, se mantiene el derecho a deducción por el importe general de 1150 euros. Con esta medida, Hacienda pretende aliviar la carga económica y reconocer el papel de las familias en el cuidado de los mayores.












