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El Grupo para la Rehabilitación de la Fauna y su Hábitat (GREFA) lleva quince años desarrollando un innovador programa de control biológico del topillo campesino (Microtus arvalis), un roedor cuya expansión ha causado estragos en el sector agrícola de Castilla y León.

La organización conservacionista apuesta por el uso de aves rapaces como depredadores naturales para frenar el crecimiento descontrolado de esta especie, cuya presencia afecta a cultivos y terrenos de plantación.

Quince años de control biológico del roedor topillo campesino

GREFA celebra en 2025 quince años de trabajo enfocado en el control biológico del topillo campesino en Castilla y León. Este proyecto, que arrancó en 2009 con el apoyo del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, ha evolucionado hasta consolidarse como un referente en la gestión integrada de plagas agrícolas en España.

Desde su inicio, este esfuerzo conjunto ha destacado por su enfoque innovador, basado en los servicios ecosistémicos prestados por las aves rapaces como depredadores naturales para controlar la población del topillo campesino y minimizar los daños causados a los cultivos agrícolas por este roedor. La instalación de cajas nido y refugios estratégicamente distribuidos ha sido la piedra angular de esta iniciativa.

Actualmente, el proyecto cuenta con un millar de cajas nido para la reproducción de aves rapaces que tienen al topillo entre sus presas, como cernícalos, lechuzas y mochuelos, en diez zonas de actuación distribuidas en Castilla y León, una región históricamente afectada por los daños al sector agrícola asociados a la plaga por la sobrepoblación de este roedor.

Cómo controlar al topillo campesino con aves

El modelo de control biológico del topillo campesino promovido por GREFA ha traído importantes beneficios:

  • Reducción de la plaga: la presencia de aves rapaces ha permitido minimizar la sobrepoblación del roedor sin el uso de pesticidas.

  • Sostenibilidad agrícola: se ha logrado mitigar el impacto negativo del topillo en los cultivos, favoreciendo una producción agraria más estable.

  • Fomento de la biodiversidad: la instalación de cajas nido ha impulsado la conservación de especies protegidas de aves rapaces.

  • Investigación y seguimiento: gracias al análisis de egagrópilas y el uso de dispositivos GPS en aves marcadas, se ha obtenido información clave para optimizar el proyecto.

Con la colaboración del Instituto Tecnológico Agrario de la Junta de Castilla y León (ITACyL), las Diputaciones de Palencia y Valladolid y las Universidades de Valladolid y Salamanca, el proyecto ha ampliado su alcance y consolidado su impacto en la gestión ecológica de plagas.