

La tensión en el sector bancario español ha escalado tras el movimiento del Banco Sabadell, que aprobó este miércoles la venta de su filial británica TSB al Banco Santander y el reparto de un dividendo extraordinario de 2500 millones de euros. Esta jugada, validada en dos juntas extraordinarias celebradas en Sabadell (Barcelona), complica el escenario para el BBVA, que había lanzado una opa hostil para quedarse con la entidad catalana.
En respuesta directa a esta maniobra, el BBVA ha reconocido que está "revisando las sinergias de costes operativos y de financiación", según consta en el comunicado oficial remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
El panorama para la integración cambió drásticamente, y el banco admite "impactos negativos derivados de la condición impuesta por el Gobierno de mantener una gestión independiente de las dos entidades".
Con un tono más prudente que en ocasiones anteriores, el BBVA abre la puerta a una posible retirada de la opa: "La imposibilidad de liquidar la oferta podría afectar de forma negativa a la reputación de BBVA y generar reacciones adversas en inversores y clientes, así como afectar negativamente a la relación de BBVA con sus empleados y sus clientes".

La venta de TSB y el dividendo de 2500 millones cambian el tablero
En un mensaje claro de independencia, el Banco Sabadell defendió la decisión de deshacerse de TSB por motivos financieros, desligados de la oferta pública de adquisición lanzada por BBVA. En palabras del presidente de la entidad, Josep Oliu: "La operación tiene sentido financiero con independencia de la opa", y agregó que hubiera tomado la misma decisión en un escenario sin la oferta del BBVA sobre la mesa.
La transacción, aprobada por unanimidad en ambas juntas extraordinarias, implica la venta de TSB por un precio que podría alcanzar hasta 2875 millones de libras (3300 millones de euros). Como parte de la operación, Sabadell repartirá un dividendo de 50 céntimos por acción, lo que representa una remuneración total al accionista de 3800 millones de euros en solo un año.
La votación contó con una participación del 74,8 % del capital social en la junta sobre la venta de TSB y del 69,35 % en la junta del dividendo.
El BBVA se aferra a la operación, pero sin TSB la pieza es más pequeña
Aunque el BBVA insiste en que "la toma de control de Banco Sabadell y su integración en el Grupo BBVA crea valor para los accionistas de ambas entidades", lo cierto es que el atractivo del Sabadell se ha reducido con la salida de su filial británica.
El banco presidido por Carlos Torres reconoce que los efectos del decreto del Gobierno -que impone una gestión separada durante al menos tres años, ampliables a cinco- dificultan la implementación de sinergias y debilitan el argumento financiero de la fusión.
Aun así, mantiene su intención de promover la integración "tan pronto como sea posible", aunque advierte que eso solo podrá concretarse cuando "la condición del consejo de ministros deje de estar en vigor".
Sabadell gana en bolsa y refuerza su plan como entidad independiente
La aprobación de la venta de TSB tuvo un impacto inmediato en los mercados el día de ayer (6 de agosto). El Banco Sabadell subió un 1,99 % en bolsa, con un cierre en 3,223 euros por acción. En lo que va del año, acumula una revalorización cercana al 80%.
A su vez, el BBVA también repuntó un 2,08% y cerró el día de ayer en 15,24 euros, como el segundo valor más alcista del IBEX 35. El Santander, protagonista de la compra de TSB, también cerró con una ganancia del 1,56%, hasta los 7,6 euros.
¿Habrá marcha atrás del BBVA?
Pese a la postura oficial de que la opa sigue en pie, el BBVA dejó la puerta abierta a retirar su oferta en pleno mes de agosto si, al rehacer las cuentas tras la venta de TSB y el dividendo, concluye que la operación ya no generaría el valor esperado.
El Sabadell, por su parte, ya tiene un horizonte claro: prevé distribuir hasta 6300 millones de euros hasta 2027, según su plan estratégico más reciente, con el que busca consolidarse como una entidad independiente y rentable focalizada en España, su principal mercado. Como destacó Oliu ante los accionistas: "La venta permite al Sabadell focalizar su estrategia en España, su mercado principal y en el que tiene mayor capacidad de crecimiento".
La batalla por el control del Sabadell sigue abierta, pero con una ficha menos en el tablero y un adversario que se fortalece desde dentro. El futuro de la fusión depende ahora tanto de las cifras como de los tiempos políticos.

Con información de EFE.













