El Consejo de Administración de CaixaBank acordó proponer el nombramiento de cinco nuevos consejeros para cubrir las vacantes existentes y la reelección de tres de los actuales miembros del órgano de gobierno de la entidad, de un total de 15.
Este movimiento es interpretado como el final del proceso de integración de la entidad de origen catalán, con sede en Valencia, con Bankia, producido en 2020, unión de la que surgió el mayor banco español que opera en el mercado local.
La historia dice que al momento de cerrar la fusión, los analistas destacaron el reparto desigual de los representantes en el órgano de gobierno de ambas entidades. La relación de poder resultante obedeció a las distintas valoraciones de los bancos.
Así, el Consejo de Administración quedó formado por 10 miembros provenientes de CaixaBank, tres de Bankia, entidad a la que también le perteneció el sillón reservado al presidente ejecutivo, que ocupó José Ignacio Goirigolzarri, más el representante del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), dueño a su vez del 17% de las acciones del banco resultante de la unión, participación que fue incrementando a través de la recompra de acciones, hasta alcanzar el 18% del capital.
Dentro de este esquema, quizás el ejecutivo que concentró más poder fue el consejero delegado, Gonzalo Gortázar, ya que si bien Goirigolzarri tenía funciones ejecutivas, éstas estaban limitadas a áreas de negocio más institucionales que estratégicas.
Con todo, el Estado no fue el único que vio crecer su participación: CriteriaCaixa, el brazo financiero de la Fundación La Caixa, siguió el mismo camino hasta convertirse en el primer accionista, con el 30% de la propiedad.
Como consecuencia del avance de la sociedad que lidera el todopoderoso Isidro Fainé, la relación de fuerzas entre CaixaBank y Bankia vuela por los aires, lo que provocó la dimisión de Goirigolzarri y su sustitución por Tomás Muniesa como presidente, y directivo histórico de La Caixa.
La nueva Caixabank
En el nuevo Consejo de Administración pierden su lugar José Ignacio Goirigolzarri, y los ex Caja Madrid Joaquín Ayuso García, Francisco Javier Campo García y Eva Castillo Sanz; a los que se les añade José Serna.
Como candidatos a sustituirlos aparecen María García Piñeíro, actual consejera de Ence, Acerinox y exvicepresidenta de Alcoa; Luis Álvarez Satorre, presidente de Neoris EMEA, de Eeagle Crest Telecom y ex CEO de SIA, filial de Indra. Además de Bernardo Sánchez Incera, presidente de Coface y consejero de Edenred, quien también trabajó para Société Générale.
Como consejeros externos el Consejo de Administración de CaixaBank propone a Pablo Forero Calderón, presidente no ejecutivo de CaixaBank AM, y a José María Méndez Álvarez-Cedrón, consejero delegado de Cecabank y director general de la patronal CECA, a petición de la Fundación La Caixa.
En tanto, el consejo del banco seguirá conformado por 15 miembros, de los cuales 9 serán independientes y el 40% mujeres. Entre los actuales miembros se encuentran el presidente Tomás Muniesa, el consejero delegado Gonzalo Gortázar, y los consejeros independientes Eduardo Javier Sanchiz Irazu, María Verónica Fisas Vergés, Cristina Garmendia Mendizábal, Peter Löscher y María Amparo Moraleda Martínez.
Un dato a destacar es que si bien La Caixa y el Estado a través del FROB controlan el 48% del accionariado, y a pesar que tanto uno como otro podrían incrementar su presencia en el Consejo, ninguno movió ficha para blindar la mayoría de consejeros independientes.
Los nombramientos y las reelecciones propuestas se someterán a la aprobación de la Junta General Ordinaria de Accionistas a celebrarse el próximo 11 de abril en el Palacio de Congresos de Valencia.