Con la llegada del verano, las altas temperaturas se convierten en una constante que transforma por completo las rutinas diarias. El calor afecta y, con él, el cuerpo reclama medidas para mantenerse fresco.
Entre todas las estrategias posibles para que la salud se mantenga en verano, hay una que se mantiene como la más básica y efectiva: beber agua. Sin embargo, en esta época del año, también se incrementa la necesidad de hidratarse durante la noche, justo antes de dormir, lo que podría suponer un obstáculo para lograr un buen descanso, según advierte un experto.
Dormir bien en verano: el impacto de la hidratación nocturna
El médico Julio Maset, divulgador habitual en la cuenta de TikTok de Cinfa Salud, ha compartido en un reciente vídeo una reflexión sobre este hábito tan común durante el verano: "Beber agua es esencial para nuestra salud, pero ¿es buena idea hacerlo antes de irnos a la cama? Veamos los pros y los contras".
Maset señala que mantenerse hidratado es fundamental para el funcionamiento adecuado del organismo. Según sus palabras, "beber agua, incluso antes de acostarnos, ayuda a evitar los problemas derivados de la deshidratación, como dolor de cabeza o fatiga". No obstante, también alerta sobre los posibles efectos secundarios de ingerir líquidos justo antes de dormir: "Beber agua justo antes de ir a dormir podría interrumpir nuestro descanso", afirma el médico.
La causa principal de esta interrupción reside en la necesidad de levantarse durante la noche para ir al baño, lo que fragmenta el ciclo del sueño y puede afectar negativamente al descanso.
La hormona vasopresina y su papel en la salud durante el sueño
Durante el descanso nocturno, el cuerpo regula ciertos procesos para garantizar una buena recuperación. Uno de ellos es la liberación de la hormona vasopresina, cuya función es reducir la producción de orina mientras se duerme.
Maset explica que "durante la noche se ajusta la hormona vasopresina, que ayuda a reducir la cantidad de orina", lo que permite mantener el equilibrio hídrico sin necesidad de interrupciones.
Este mecanismo natural, sin embargo, puede verse alterado si se bebe agua en exceso justo antes de acostarse. La consecuencia más probable es tener que despertarse para ir al baño, lo que interfiere con el descanso profundo. Por ello, el experto recomienda una estrategia clara: "Lo mejor es que nos mantengamos bien hidratados durante todo el día. De esta forma, la última ingesta de agua no será excesiva, ni demasiado cercana al momento de irnos a descansar".